Son Gine es perteneciente a la poderosa raza guerrera llamados saiyajin. Siendo en el futuro la última hija de Goku y Milk, pierde a su padre cuando tan solo era una bebé, sin embargo, en el presente es una niña fuerte y con una vida raramente perfe...
Hola, si estás releyendo o apenas has descubierto esta historia, queríacomunicar que esta historia estará siendo editada.
A partir de ahora la historia será narrada por un narrado omnisciente y ya no por Gine.
Esto lo hago porque quiero que sea mucho másagradable de leer para ustedes, ya que hay fallas de ortografía y escenas por mejorar.
Cada capítuloeditado tendrá este símbolo al final "♠︎"
Espero sea de su agrado...
"Su realidad"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La pelinegra iba dando saltos por los escombros de una de las ciudades que estaban destruidas, era una imagen deprimente, pero era su realidad.
Aunque ella poseía la habilidad de volar, no podía revelar su ubicación, tenía que esconderse antes de que él la encuentre. Se recostó en una de las paredes para recuperar algo de aire y tranquilizar su respiración agitada.
Una vez que se recuperó, siguió su camino hasta el lugar que le habían indicado. Antes de ir de frente, miró con mucho cuidado el área, asegurándose de que no esté cerca. Cuando no lo vio, fue más tranquila.
Pero su instinto la alertó diciendo que alguien la estaba por atacar y pudo bloquear una patada justo a tiempo, sin embargo, su compañero fue más rápido y le proporcionó un golpe en su estómago. Haciendo que la de ojos oscuros escupa saliva y se limpié con su antebrazo.
—Es suficiente por hoy, será mejor que vayan a descansar – dijo el mayor de los saiyajin, levantándose de la roca en la que estaba sentado, mirando a los otros dos, hace unos momentos.
—Vaya, y yo que quería darle una paliza a Trunks – suspiró luego de enderezarse del golpe.
—El que te estaba dando una paliza era yo, Gine – contestó el de pelo lavanda cruzándose de brazos.
—Solo me agarraste desprevenida, parece que olvidaste todos los entrenamientos anteriores – dijo dando un paso hacia él con una sonrisa burlona, dando a entender que estaba por empezar una discusión.
—Será mejor que vayan a descansar– la detuvo su hermano al poner una mano sobre su hombro —. Mamá debe de estar preocupada, ya es un poco tarde.
—¿Tú no irás, Gohan? – preguntó.
Él meneó la cabeza —No, esta noche buscaré un lugar más adecuado para entrenar mañana.
La adolescente asintió, se despidió de ambos y fue rumbo a la montaña Paozu. Antes de llegar a casa, se dirigió a una pequeña caseta en donde había una foto de su abuelo Gohan y de su padre. Hizo una reverencia en señal de respeto y luego se adentró a su hogar.
—¡Ya llegué mamá! – dijo gritando para que su madre se enterara y saliera a saludarla como siempre.
—¡Gine! – miró detrás de ella al verla llegar sola —. ¿Y Gohan?
—Dijo que esta noche se irá a buscar un buen lugar de entrenamiento. Tal vez llegue más tarde.
—De acuerdo, la cena ya está lista – dijo para que ambas se dirijan hacia la mesa. Se sentaron frente a frente y, antes de que Gine pueda comer un bocado, su madre habló —. ¿Y cómo está Trunks? Hace tiempo que no lo veo – preguntó por el chico que no veía desde hace meses.
—Está bien, hoy me ganó en el entrenamiento, ha mejorado mucho – le contestó jugando un poco con la comida.
[...]
—Gine, iré con tu abuelo a conseguir más víveres, haz la cena por favor. Y si llega Gohan, dile que limpie su habitación, está hecha un desastre – le comentó su madre antes de desaparecer por la puerta.
Pasaron unas horas, la saiyajin ya había terminado de cocinar y lavar todo para la cena. Se sentó a leer en su escritorio, que sólo tenía una radio en la que mayormente se escuchaba estática, para esperar el regreso de su hermano y madre.
Al cabo de unos minutos, la estática que emitía la radio, fue interrumpida por la voz de alguien diciendo que la ciudad en la que había ido su madre para conseguir los víveres, estaba siendo atacada por los androides.
Sin pensarlo dos veces, fue volando hacia el lugar donde se encontraban su madre y abuelo. Cuando llegó, un pequeño grupo de gente se encontraba rodeada por los androides No.17 y No.18, antes de Gine pudiera hacer algo, lanzaron unos ataques hacia el grupo de gente.
Todo parecía pasar en cámara lenta ante los ojos de la saiyajin. Al ver el cuerpo muerto de su madre estrellarse con el piso, el sentimiento de enojo y venganza se apoderaron de ella, haciéndola estallar y perder el juicio. Le tiró un puñetazo a No.17 en la cara, dejándolo sorprendido por aquella acción.
—Maldita saiyajin – dijo saliendo de los escombros.
—Vamos No.17, acaba con ella – alentó la rubia.
Se acercó velozmente, dándole una serie de golpes. La transformación de súper saiyajin despareció al caer de rodillas al suelo por el dolor.
La miró con superioridad. Gine no podía levantarse por el dolor, ellos eran muy fuertes. Soltó una risa amarga y levantó la mirada —Eres un maldito. Esto jamás te lo perdonaré – dijo adolorida.
—¿Qué sucede? ¿Ya no puedes levantarte? Es una pena – habló una vez que tenía la suela de su zapato en la cara de la pelinegra —. ¿Cómo pudiste creer que siendo una niñita podrías ganarme?
Saco el zapato de su cara para luego darle una patada, haciendo que se estrellé con una pared. Lo mejor que podía hacer la chica era hacerse la que estaba inconsciente, si es que quería salir viva.
—¿Estará muerta? - se preguntó No.17 al no ver ningún movimiento por parte de la saiyajin.
—Déjala así, si está viva la volveremos a ver y si está muerta mejor – dijo No.18 —. Tenemos mejores cosas que hacer.
Luego de escuchar que se fueron, se levantó con dificultad y fue arrastrándose hacia el cuerpo de su madre y abuelo. Colocó la cabeza de su madre en su regazo, mientras apartaba un mechón de cabello del rostro de su progenitora —¡MAMÁ! – soltó un grito de dolor, al mismo tiempo, lágrimas salían de sus ojos oscuros.
