Dragon Ball Super: Capítulo 55

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"Trunks vs Gine"

– ¡Tengan cuidado! ¡A un lado! – les gritó Vegeta a los tres menores para que se quiten del lugar y recibir a quien le decía "Kakaroto".

– Muchas gracias – agradeció el caído con dificultad.

– Cállate. Me quitas mi poder y terminas derrotado de una manera humillante.

– Perdóname.

– Esto aún no acaba – se escuchó la voz de Piccolo que veía como Bills bajaba – Háganse a un lado si no van a pelear.

Bills aterrizó y casi todos lo presentes en el barco se preparaban para pelear y tratar de defender la Tierra.

El momento fue interrumpido por el sonido de un celular, el de Míster Satan, que al parecer era la prensa y un helicóptero con una cámara.

– Hizo un excelente trabajo – se acercó su asistente hacia el Dios – ¿Ya nos podemos ir a casa? Si quiere le puedo preparar un baño cuando lleguemos – Bills lo miró con seriedad – Yo pensé que ya nos podíamos ir, pero no, ¿Verdad?

– Bueno, después de todo, yo hice una promesa – todos voltearon a verlo – Si Goku ganaba, la Tierra no sería destruida. Pero si yo ganaba esta pelea...

– Quítense, yo me encargaré de él.

– No seas necio Vegeta, si unimos nuestras fuerzas tendremos una oportunidad. – trató de razonar Piccolo.

– Que te calles.

– Por favor, deténgase señor Bills, – se levantó con dificultad Goku – por favor no destruya la Tierra, todos se lo suplicamos ¿No hay manera de detener esto?

– No, no hay manera – dijo sin emoción y expulsó una gran cantidad de energía por su mano.

Todos voltearon a ver hacia aquella dirección. Y grande fue su sorpresa al ver que lo había enviado hacia el cielo. Cuando observaron bien a la deidad, se escucharon ronquidos y una burbuja de moco saliendo de su nariz.

Se había quedado dormido.

– ¿Uhm? – musitó Whis – El pobre está exhausto. Era de esperarse. Normalmente se la pasa holgazaneando, comiendo, durmiendo y viendo anime en la televisión. Fue demasiado esfuerzo y ni siquiera hizo calentamiento para la pelea. – una luz salió de su centro y rodeó a Bills – ¿Qué le vamos hacer? Pernoctará por un buen rato. Cuando por fin logre despertar, lo más seguro es que haya olvidado destruir el planeta Tierra.

– ¿En serio? – inquirió Bulma.

– No prometo, lo que no puedo asegurar.

– Ay, como eres.

– Pudin... – murmuró Bills dormido.

– Veo con asombro que no ha olvidado el pudin, estaría muy agradecido si nos tuvieran unos cuantos para la próxima vez que vengamos a la Tierra.

– Claro, le prepararemos una buena dotación. Pero conste que no tiene derecho de quejarse después de que lo pruebe. – advirtió Bulma.

– Si resulta no ser tan bueno, entonces nada lo detendrá para destruir la Tierra.

– Ya ya, largo. Fuera de aquí. – los echó la peli-azul.

– Señor Goku.

– ¿Qué pasa?

– El señor Bills se divirtió mucho, agradezco que haya jugado con él. Algún día le devolveré el favor. – el saiyajin asintió – Nos vemos, cuídense mucho. – golpeó su cetro con el piso y desaparecieron del lugar.

Una Guerrera - Son Gine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora