Una Guerrera - Son Gine

Dragon Ball Súper: Capítulo 82

" Un Sacrificio por una Solución"

– Veo con asombro que eres muy fuerte Trunks. – dijo con burla Black.

– ¡Cállate, para lo único que quieres el cuerpo del señor Goku, es para hacer una matanza!

El de la transformación rosa sonrió aún más – ¿Tú crees? ¡Pues yo creo que tú y tu amiguita han cometido una ofensa más grande que la mía!

Ambos saiyajin que había mencionado el usurpador de cuerpos, contrajeron su expresión en confusión. No lograban entender a qué se refería aquel ser maligno.

– ¿Ofensa? – repitió el de ojos claros.

– Verás Trunks, una de mis razones principales por las que la raza humana debe ser exterminada son ustedes dos. La vez que regresaron al pasado, crearon otro anillo del tiempo. Esa es una prueba indiscutible de sus pecados. ¿En cuántas ocasiones han viajado del futuro al pasado y viceversa?

– ¿No les avergüenza que, a pesar de ser unos simples humanos, no conciben respetar las reglas de los dioses?

– Trunks y Gine, ustedes le salvaron la vida a Son Goku, quien debía morir de una enfermedad del corazón. Si él hubiera muerto, tal como la historia lo dicta, jamás habría deseado este cuerpo.

– Pero por tu culpa y la de esa niñata, retorcieron tanto la historia que la distorsionaron a su antojo. Los únicos culpables de crear este mundo son ustedes dos. ¡Lo que está ocurriendo es la responsabilidad de ustedes!

– Y no solo eso, sino que todos los mortales...

– ¡Ocasionaron esta catástrofe al haber tenido la osadía de crear una máquina del tiempo! Y es por eso que hacemos esto, para salvar al mundo de los pecados de los humanos. De ti y esa escoria que tienes por compañera. – dijeron ambos al unísono.

– ¡Cierra la boca! No te permito que hables así de ella. – exclamó exaltado el saiyajin de cabellos azules.

Gine veía a lo lejos y escuchaba con una expresión perdida. Se sentía tan culpable. Ella ayudó a Bulma a terminar de construir la máquina del tiempo, pero ahora tenía sentido el porqué Black disfrutó tanto asesinar a la científica aquel día.

– Oye Gine... – dijo con dificultad su padre herido – no los escuches, yo te agradezco mucho de que... de que me hayas salvado. Me diste un gran regalo sin que te dieras cuenta. El haberte conocido. – sonrió como pudo y tomó la mano de su hija.

Por ese instante, la joven no se sintió tan culpable, pero la voz de uno de sus enemigos la sacó de ese lugar y toda la responsabilidad volvió a caer sobre ella.

– ¡Maldito Trunks! Eres un pecador.

– Cada una de las decisiones que tomaron...

– Reaviva el fuego de mi sentido de justicia y me ha orillado a impartir el plan cero humanos. – completó el otro.

– Eso significa que ustedes mismo han condenado la existencia de los humanos.

[...]

– Ahora solo quedan ustedes dos. Y por lo visto, esa chica está enferma; será muy fácil. Acabaremos con todos los saiyajin, para después exterminar a los humanos que faltan.

Black sintió a sus espaldas el resurgir del ki de Trunks – ¿Se volvió a poner de pie?

Trunks fue con rabia hacia aquel par, pero fue esquivado, sin embargo, aprovechó la situación y al tenerlos juntos, lanzó un Masenko para poder mandarlos lejos y seguir atacando con varias esferas de ki.