Dragon Ball: Capítulo 14

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"¿Qué es un Día en un Año?"

Ocho meses habían pasado desde que los sentimientos de ambos jóvenes fueron correspondidos

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Ocho meses habían pasado desde que los sentimientos de ambos jóvenes fueron correspondidos. Y aunque al principio para los dos fue incómodo, poco a poco se acostumbraron a su título de pareja.

Gine le dio un golpe, pero este solo lo bloqueo. Algo que la saiyajin se había dado cuenta, es que su novio no le devolvía los ataques, solo los bloqueaba o esquivaba —¿Por qué solo bloqueas mis ataques?

—No quiero hacerte daño – admitió.

—Como si pudieras hacerlo – dijo con una sonrisa socarrona.

—Bien, pero yo te lo advertí – agarró la pierna de su compañera para hacerla caer de espaldas al suelo.

—Eso dolió – se quejó un poco adolorida.

—Siempre tan terca – extendió su mano para ayudarla a que se levantara.

—Mira quién lo dice – tomó su mano, pero Trunks al no medir su fuerza, hizo que ambos queden muy pegados.

Le dio un beso corto en los labios —Me voy a bañar – le guiñó un ojo y se adentró a la habitación.

Gine se quedó parada en medio del extenso lugar de color blanco. ¿Le habría querido insinuar algo con aquello? Meneó la cabeza para apartar aquellas suposiciones y también fue a la habitación.

Mientras la pelinegra oía el sonido de la ducha, cortaba algunos alimentos para comer algo, su mente le jugaba en contra con algunos pensamientos no muy propios —¿Qué rayos estoy pensando? – se regañó mentalmente.

—¡Oye, Gine! – escuchó la voz de Trunks que provenía del baño —. Me olvidé la toalla, ¿me la pasas? Por favor.

Tomó la toalla y antes de abrir la puerta, se cubrió con una mano los ojos por si acaso. Al abrir la puerta, el vapor del agua caliente le pegó en su rostro.

Gine estaba nerviosa, pero no se lo iba a demostrar al peli-lila. Carraspeó la garganta y extendió la toalla hacia cualquier dirección —Toma – trató de sonar lo más normal posible.

Escuchó una pequeña risita de Trunks —Estoy cubierto, no tienes porqué taparte los ojos, Gine.

El pequeño tono que había usado para nombrarla, le causó un pequeño escalofrío. Con algo de inseguridad retiró su mano de sus ojos y los abrió. El ojiazul tenía razón, el ya estaba con su pantalón vestido, pero aún tenía el torso desnudo y su cabello mojado.

Al verlo más a su izquierda, cambió la dirección de su brazo y le ofreció la toalla — Aquí tienes – se lo dio lo más rápido posible y giró sobre su lugar para retirarse.

Antes de dar un paso, sintió la cálida mano de Trunks sobre la suya —¿Te encuentras bien? Estás un poco roja.

—Am... s-sí, es que aquí hace calor – con su mano libre trató de darse aire.

Una Guerrera - Son Gine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora