— Mi intuición nunca falla, estoy segura que Kisaki no es nada de fiar. — Kata y Chifuyu seguían hablando del tema, ambos confiaban en su amigo Baji y estaban convencidos de que se unió a Valhalla como espía de Touman. — Y estás seguro de que Takemichi se meta en esto? —
— Es un buen chico y estuvo cuando Baji realizaba su prueba para entrar en Valhalla. —
— Si tu confías, yo confio. — El chico le sonrió en respuesta pero al verla notó que de nuevo tenía esa expresión triste en su cara.
Matsuno se lo pensó varias veces antes de hablar, no quería meter la pata ahora. — Mikey no piensa que eres débil. —
Se sorprendió al escuchar eso tan repentinamente, siempre es el mismo tema con Manjiro. — Quiero que sea él quien me lo diga. —
— Lo sé pero no quiero que pienses cosas que no son, él te quiere mucho y...
El chico se calló al ver como le miraba su amiga. "La he vuelto a cagar" eso fue lo primero que se le vino a la mente. — Lo siento, no es asunto mio. —
— No te preocupes. — Kata escondió sus manos en los bolsillos de su chaqueta y paró de balancearse.
— Es que si haces que me preocupe Kata...
Chifuyu fue interrumpido por segunda vez, la voz de una mujer llamó la atención de los dos jovenes.
— Katana. — Era una mujer alta, vestía de una manera formal y llevaba su pelo recogido en una coleta. Se encontraba fuera del parque mirando a las unicas personas allí presentes. — Isamu me dijo que estarías aquí, es un fastidio tener que venir pero ya estabas tardando. —
—¿Tía Yuna? — Yuna, la hermana mayor de Isamu, la ultima familiar que ayudó - cuando pudo - a criar a la chica.
— Nos vemos Chifuyu. — Ambos se despidieron y Kata se dirigió hacia, quien también consideraba, su tía.
Su padre y los primos de él, esos eran los únicos familiares que ella conocia. Yuna no estuvo tanto como su hermano Isamu, pero es que, a diferencia de él, ella era una mujer ocupada.
— Tenía el fin de semana libre y como pasaba por aquí pensé en visitarte, daremos una vuelta si te apetece. — Las dos se subieron al coche que estaba estacionado justo en frente. — He ido a tu casa pero me he encontrado con el idiota de mi hermano en lugar de tu padre, ha conseguido un buen trabajo?—
Negó con la cabeza en respuesta. — Trabaja de lo que va consiguiendo, no me habla mucho de eso. —
Yuna arrancó el coche y empezó a conducir. — Aun sigues pasando el rato con los chicos, que desperdicio de tiempo. — Ah si, Yuna no soporta los hombres. — Es tu nuevo novio? —
— Es solo un amigo, sigo con Mikey, luego te cuento mejor. —
Yuna logró aparcar su coche sin ningún problema, al llegar al lugar ambas se sentaron en una mesa fuera de la cafetería. El lugar era acogedor y el ambiente tranquilo, la mujer removía su café esperando a que Kata le contara lo ocurrido.
— Bueno... Es verdad que las cosas no están tan bien, pero es cosa mía, Manjiro sigue actuando como siempre. — No quería entrar en detalles, menos sabiendo como es su tía con estos temas y prefería evitar escuchar uno de sus discursos.
— Como gilipollas? Algo típico de los hombres. — Se enderezó en la silla al ver la expresión que tenía Kata. — Mira Katana, el problema si es tuyo. —
La nombrada miró a su tía, no se esperaba que dijera algo del estilo.
— No debes depender de nadie, y menos de un hombre. — Yuna tomó un sorbo de su café y continuó. — Si yo hubiese seguido el camino de mi hermano o de tu padre estaría igual o peor que ellos, pero no lo hice y ahora soy la que mejor está de la familia; tengo un buen piso, un buen trabajo, una buena nov...
Se calló al darse cuenta de lo que iba a decir. Kata soltó una risita, no era ninguna sorpresa para ella, una vez encontró a su tía de manera cariñosa con una mujer - y era extraño que fuera cariñosa con alguien - pero Yuna se la presentó como su amiga.
— Ya sé que tienes novia no hace falta que lo ocultes. — Yuna sonrió de lado y continuó con su charla.
— Entiendo que te guste ese chico, no sé que problemas tenéis pero te aconsejo que no dependas de ninguna manera de nadie. Estudia y trabaja para ti misma, no acabes como esos dos estúpidos. — Y con estúpidos se refería a Daiki e Isamu.
Kata había escuchado muchas veces esa frase.
"No acabes como yo" su padre se lo repitió muchas veces, él quería que su hija estudiara una carrera que le gustara y tuviese un buen trabajo.Eso solo hacia que Kata se sintiera presionada por las grandes expectativas que tenían de ella.
