𝐈 𝐖𝐀𝐍𝐍𝐀 𝐁𝐄 | 𝖳𝗈𝗄𝗒𝗈 𝖱𝖾𝗏𝖾𝗇𝗀𝖾𝗋𝗌

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La pelea había comenzado. Estábamos en clara desventaja numérica pero no nos podíamos echar para atrás.

Chifuyu y yo hacíamos todo lo que podíamos para abrirle camino a Takemichi, como me gustaría llenar de golpes a Kisaki pero no podía quitarle esa satisfacción a Hanagaki. Es quien más ha estado aguantando, en caso de que de verdad tenga intención de matarlo me interpondré.

No estaba teniendo problemas hasta que vi a Izana, con esa patada dio a entender lo fuerte que es, pero eso no me iba a asustar. Solo debía ser más rápida, si intentara patearme también, con golpear su rodilla bastaría para rompersela. Eso es, lo que sobretodo, me enseñó mi padre. La pelea tenia que acabar con mi primer movimiento.

Se me estaba haciendo fácil contraatacar, utilizar a tu favor la fuerza de tu enemigo, eso es el aikido. Con unos rápidos movimientos tu adversario se encontraría en el suelo.

Sin embargo seguían apareciendo, no es como si pudiésemos derrotar a los 400 miembros así de sencillo, necesitamos resistir lo máximo que podamos.

Pude ver como Angry acababa con todo a su paso, incluido a Mucho. Mierda eso me molestó un poco, al parecer mis objetivos ya son objetivos de alguien. Así no voy a tener ninguna satisfacción.

Sea como sea, nosotros vamos a ganar esta pelea.

Reaccioné lo más rápido que pude al ver a Kisaki apuntando a Takemichi con una pistola. De una patada conseguí desarmarlo, logrando agarrar yo la pistola. Empecé a respirar con dificultad, me he arriesgado, pudo dispararle como acto reflejo, pero ahora soy yo de la que depende su vida. Para cuando volví a mirar Takemichi le había dado un puñetazo, eso me hizo salir de mi trance y tiré la munición al suelo.

Me maldecí a mi misma al ver como intervenía Izana, es como si el universo se riera en mi cara.

- ¡Aparta Takemichi! Izana yo soy tu oponente. -

- ¡No! Yo no perdí...¡¡Presidente!! -

Todos nos giramos viendo como Mikey aparecía. No podía reaccionar, no debería estar aquí, no después de su perdida.

- Mikey yo...

- ¿Cuál es el problema dulzura? Es hora de la fiesta. -