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— ¿Y entonces? —

— Parece que tenemos una relación discreta. — Susurré.

— ¡¿Discreta?! ¿Qué entiendes tú como discreta? Porque comerte la boca en público no lo veo muy discreto. —  Callé a Chifuyu en cuanto empezó a subir el tono.

— Solo queda uno. — Baji entró con una ración de peyoung yakisoba.

— Compartirlo ustedes, yo no tengo hambre. —

— Qué dices, aquí comemos los tres. — Echaba de menos estás pequeñas discusiones con Baji, las cuales solía ganar por testarudo. Asentí para no dar comienzo a algo interminable. — ¿De qué hablabais? —

Chifuyu y yo intercambiamos miradas pensando en que contestar.

— En que deberiamos llevarle un pretendiente a Kata, ya sabes, es hora de que pase página. — Miré de mala manera a Matsuno mientras él sonreía. Estaba claro que no le agradaba Sanzu, y menos confiaba en él.

— Conozco al indicado que no cometería el error que hizo Mikey. —

— ¿Y quién es ese galán? — Pregunté de manera burlona.

— Yo. —

Me atraganté al igual que Chifuyu, empezando a toser para volver a la normalidad.

— Que es broma, madre mía, a qué vienen esas caras? Pero es cierto que yo no hubiera hecho la estupidez que hizo Mikey. — Le sonreí, tiene razón, siempre me trató muy lindo. — Tsk Kata presta atención a una cosa que te voy a decir. — Chasqueó sus dedos para llamar mi atención.

— Cualquier otro baboso debe pasar antes por mis puños si quiere intentar algo contigo. —

— Te refieres a aprobación. — Dijo Chifuyu que seguía comiendo.

— Lo mismo es. —

Nos reímos por la respuesta y seguimos comiendo.

Tal vez no había logrado completamente mi objetivo pero había ganado algo más. Volver a tener estos momentos los tres juntos era algo inexplicable. Gracias a Inupi mi padre había conseguido un trabajo como maestro de artes marciales, por fin podía tener un trabajo decente. Tenía una relación con Sanzu, que me hacía tener un duelo constante pero también me hacía sentir bien.

Tal vez si que debía pasar página, pero de distinta manera, si ya tengo esto, para qué pedir más? Ugh odio mucho tener una lucha interna conmigo misma. La Katana que quiere dejar las cosas estar, seguir con su vida y no arriesgarse. Pero luego está la otra Katana que busca aspirar a más, lograr su verdadero objetivo.

Después de todo, dicen que quien no arriesga, no gana.

𝐈 𝐖𝐀𝐍𝐍𝐀 𝐁𝐄 | 𝖳𝗈𝗄𝗒𝗈 𝖱𝖾𝗏𝖾𝗇𝗀𝖾𝗋𝗌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora