El sonido de la moto se hizo presente en el lugar, no suficiente con eso, empezó a hacer más ruido tratando de hacerse notar. Kata cogió su bolso y salió de su casa, cerrándola con llave posteriormente.
— Estás hermosa pastelito.—
Saludé a Mikey con un beso y luego me coloqué el casco que me pasó. — Y tú estás estupendo. — El chico sonrió y cuando notó que su novia estaba bien agarrada de él partieron hacia el festival.
Empezó todo bien, nos divertíamos los dos juntos, hasta que tuvo que venir alguien. No sé cuanto tiempo llevan hablando con Mikey esos dos pero me están fastidiando, encima cada vez nos alejamos más. Yo los seguía por detrás, con los brazos cruzados y con una cara que expresaba mi irritación. ¿No había otro momento? Esto me resulta extraño y por mucha paciencia que tenga tiene un limite. — Hey. —
Quería llamar la atención de esos dos y dejarles claro que lo hablaran otro día pero el gesto de Mikey me interrumpió, de nuevo esa típica sonrisa suya, "un momento dulzura"
Me callé, aunque mi cara de pocos amigos no cambió, se puede saber porque nos estamos saliendo del festival? Se creen que no nos damos cuenta? Seguramente Jiro lo sepa, se hace el ignorante cuando claramente no lo es, debe ser por eso que me ha interrumpido. Aun así no entiendo porque lo alarga tanto.
El clima iba empeorando y empezaba a hacer frío, noté unas gotas caer sobre mi rostro. Genial lo que faltaba. Al menos así se irán, eso suponía. Las gotas aumentaban hasta que se puso a llover finalmente, encima no teníamos paraguas. Solté un suspiro de alivio al ver la moto de Mikey estacionada, así que hemos acabado aquí. Iba a pedirle que nos fuéramos cuando sentí el móvil vibrar dentro de mi bolso.
Respondí tras ver el nombre del contacto, aunque se me hacía extraño que llamara ahora. — ¿Mitsuya? —
Jiro me giró a ver, prestandome atención, aunque mi cara lo reflejaba todo. — Vamos para allá. — Miré a Mikey, quien me agarró de la mano para dirigirnos hacia su moto, mientras ignorabamos lo que nos decían esos pesados.
Tratar de separar a Mikey de Draken, que plan más mediocre, eso solo hará que se enfade.
Pero que panorama de mierda es este, todos en reunión para atacar a una sola persona, es como si dijeran a los cuatro vientos lo cobardes que son.
Me acerqué a Kenchin para limpiarle la sangre de su cara pero me lo impidió. — No es necesario, estoy bien. — Me sonrió para no preocuparme de más, que testarudos que son todos.
Cuando volví a mirar hacia los chicos, la patada de Mikey había sido detenida, esto es real? Nunca había visto a alguien detener un ataque de Manjiro. Quien mierdas es ese que se la tiene muy creída, tan pronto y ya anda amenazando, muy mal jugado. Draken y yo nos giramos en dirección al ruido producido por todas las motos, sonreímos al saber de quienes se trataban. Lo ayudé a levantarse y nos acercamos a los demás miembros, ya no hay manera de parar esto, van a saber las consecuencias de meterse con un miembro de la Touman.
Esta vez no iba a quedarme quieta, de ninguna manera, apreté mis puños lista para reventarles la cara a esos imbéciles. — Solo no mates a nadie, puedo contar con eso linda? — Baji, quien estaba al lado mía, me sonrió. Ahí recordé que quien nunca me había infravalorado ha sido él.
— ¿Por qué te quedas ahí parada? — Baji me miraba sonriente. — Tú también formas parte de nuestra pandilla. —
Él me aceptó desde el principio y le estaré agradecida siempre por ello.
El caos se inundó en el lugar, no es momento para recordar el pasado, hay que centrarse en el presente, en lo que sucede ahora. No perdí más el tiempo y le encajé un puñetazo al primero que pillé para luego darle una patada en el estómago, eso bastó para dejarlo de rodillas, terminé de un rodillazo directo a su mentón. Uno menos.
