Más hablaba y menos era capaz de asimilar, no podía creer lo que me estaba contando. Tenía una sensación rara, me estaba explicando con todo detalle, sin embargo, sentía que me faltaba información. No soy capaz de procesarlo.
— Mi dulce, ¿Estás bien? — La voz de su novio le sacó de ese trance en el que se encontraba.
— Si si, perdón es que aun no lo asimilo. — Agarró la mano de Mikey mientras la acariciaba de manera suave. — Sé que querías protegerle. —
— ¿Tú qué hubieras hecho Kata? — Mikey se decidió a mirarla por fin, cosa que antes no era capaz mientras recordaba todo lo que había sucedido.
Suspiré al repasar todo en mi mente, los dos lados tenían sus razones y podía entender a ambos puntos de vistas. No obstante, mi manera de ver las cosas y reaccionar son distintas y dependiendo de la situación cambian. Que qué hubiera hecho... No. Él no me está preguntado eso realmente, Mikey quiere saber a quien hubiese apoyado.
Dejé salir un poco de aire antes de hablar. — Hubiera apoyado a Draken. —
— Me gusta que seas franca, incluso conmigo bizcochito. — Sonrió a su novia y agarró de una mejor manera su mano para acariciarla también. — Sí, Kenchin tenía razón.
Le di una leve sonrisa para luego ambos dirigir nuestra vista al paisaje que teníamos en frente, hundiendonos de nuevo en nuestros pensamientos. Mobius atacando, Pachin siendo arrestado, Mikey y Draken peleados... Me siento excluida, es como estar pero sin estar dentro de Toman, de hecho ni siquiera soy miembro oficial. Me gustaría que Mikey valorara mi fuerza, he estado desde antes de la creación de Toman y aún me protege como si fuera una niña.
Lo conozco desde que eramos pequeños, solía verlo en el parque liandola con Baji, no paraban de molestar. O iban de malotes o se peleaban entre ellos, al final el resultado era el mismo, ser un fastidio para los demás niños que estábamos ahí o que pasaban por al rededor. Quién diría que ahora uno de ellos sería mi novio y el otro uno de mis mejores amigos, ni siquiera yo me lo creería recordando como nos conocimos.
Kata buscaba una manera de distraerse mientras jugaba con su juguete en aquel parque, ya iba incluso obligada, su padre le insistía en que fuera ahí para hacer amigos pero lo único que consiguió era sentirse incómoda. A menudo se encontraba esos dos niños que no paraban de estorbar, era algo difícil de ignorar con lo ruidosos que eran y más cuando no paraban día tras día.
— ¡Hey! — El niño rubio le arrebató el muñeco a la niña para lanzarlo contra su compañero, el otro chico logró atraparlo y trató de lanzarlo también pero entonces el más bajito lo agarró.
— ¡Parar es mío! — La pequeña se levantó y les gritó con la esperanza de que le hicieran caso.
Pero esos dos estaban insultándose sin escuchar a la chica, mientras cada uno agarraba de un extremo al muñeco tirando en su dirección. La distancia entre ambos aumentó cuando el muñeco se rompió, haciendo que cada uno se quedara con una parte de este.
Los ojos de Kata empezaban a humedecerse, no se iba a callar esta vez. — ¡Seréis Imbéciles! —
El duo dirigió su mirada a quien les acababa de insultar. — ¿A quién le dices? — El rubio no parecía estar preocupado por nada.
— ¡A ti gilipollas! — Su tristeza ahora era rabia.
— Oye niña, sabes a quién le estás hablando? Él es...
La chica no dejó terminar la frase al pelinegro, su mano ya se había estampado en la cara de aquel rubio.
Necesitaba dejar salir esa impotencia absoluta que había tenido guardada todo este tiempo.
Iba a volver a golpearle pero esta vez el chico pudo librarse del ataque agarrándola de la muñeca. — Creo que con una es suficiente. — El chico más alto seguía sin reaccionar tras la primera acción de la chica.
— ¡Ese muñeco me lo regaló mi padre! —
Poco a poco fue bajándole el brazo. — Lo sentimos, te compraremos otro, a que si Baji? — El nombrado quien ya pareció salir de su trance asintió en respuesta. — Empecemos de nuevo.
Kata a este punto estaba confundida pero su ceño fruncido seguía ahí, al igual que la mano del chico en su muñeca.
— Me llamo Manjiro Sano, pero puedes decirme Mikey, y él es Keisuke Baji. — Ambos ahora con una sonrisa, Keisuke dijo un "encantado" por su parte mientras los dos seguían mirando a la chica esperando su nombre de su parte, y no otro golpe.
— Katana. — Se soltó del agarre de Manjiro y empezó a caminar. — Vamos, me vais a arreglar mi muñeco.
— Wow que nombre extraño, me gusta. —
Kata ignoró el comentario de Manjiro mientras continuaba su camino con los chicos siguiéndole. Aunque pensándolo bien, era la primera persona después de su padre que le decía que le gustaba su nombre.

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𝐈 𝐖𝐀𝐍𝐍𝐀 𝐁𝐄 | 𝖳𝗈𝗄𝗒𝗈 𝖱𝖾𝗏𝖾𝗇𝗀𝖾𝗋𝗌
FanfictionUna chica en Tokyo Revengers. Algo típico, ¿No?