CAPITULO 12

561 50 70
                                    

–¿Qué? – pregunto confundido

Miré y seguí hay estacionando el coche del superintendente, si me bajaba sabía que no iba a salir bien la conversación con él

–No me quiero quedar en mi departamento– mentí– solo sería por esta noche

Se quedo analizando un momento– bueno, realmente no me molesta

–¿De verdad? Juro que no molesto

–Sí, si quieres quedarte está bien Lucy

El comenzó a manejar, cada vez nos íbamos acercando al vehículo de superintendente decidí agacharme supuestamente para "recoger algo" pero era más para que no me viera, no sé qué estaba haciendo, pero algo que no quería era verlo enojarlo, revise mi celular y tenía cuatro llamadas perdidas de él

Voy a morir

Siguió manejando tranquilamente, después de unos minutos habíamos llegado a un gran edificio, era altísimo se notaba que no era algo barato, bajo para dejar el coche en el estacionamiento del establecimiento, al dejarlo estacionado nos bajamos y subimos unas escaleras llegando a recepción, tomamos el ascensor marcando el piso diez subimos lentamente hasta que las puertas se abrieron frente a nosotros, un pasillo de puertas se encontraba, yo lo seguía a casa paso que daba llegamos a su residencia, se paro frente a una puerta blanca y saco las llaves de su bolsillo abriéndola.

–Bienvenida, adelante.

–Gracias– dije tímidamente

Pase, pero realmente tenía miedo, ahora esa sensación me había consumido estaba siendo muy aprovechada con él y siempre se había portado bien conmigo, observe el lugar y enorme toda su sala de estar era el porte de mi casa, tenía unas vistas hacía la ciudad increíble los ventanales eran de lado a lado, algunas plantas y los muebles de color blanco o marrón, había poca decoración en las paredes y una cocina americana.

Me gire a verlo–Es hermoso tu departamento

Me sonrió –Sígueme te diré donde puedes dormir

Camine detrás de él, era un pequeño pasillo con cuatro habitaciones, camino hasta la última y abrió la puerta– Esta será la tuya, espero que sea cómoda– dijo con un tono amable– en esa cómoda hay ropa antigua mía si necesitas un pijama

–Si cualquier cosa esta bien, gracias–

–Acomódate, iré a hacer té.

–Disculpa ¿Dónde está el baño? – consulte

–La puerta del frente, bueno te dejo

Se fue caminando por el pasillo, pasando por la gran sala de estar, yo entre al baño cerrando la puerta con pestillo, me mire al espejo estaba más pálida de costumbre mis ojos sepia se veían cansados, hice mis necesidades y lave mis manos, me di cuenta que tenía otra llamada de el superintendente debía contestar antes que le diera un infarto, no tenía que ser grosera ni gritarle o las cosas empeoraban para los dos

–Hola superintendente

–Oh mira quien decide contestar mis llamadas, no vuelvas a colgar– gruño

–¿Que necesita?

–¿Dónde estás?

–Vine al departamento de un amigo, pasare la noche aquí

–Que buena bromista eres– dijo en un tono sarcástico

–Es la verdad

–Pásame tu ubicación rápido–ordeno

Solo dime lo que sientes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora