Solo dime lo que sientes ©

CAPITULO 9

Hoy es la feria de otoño, no puedo estar más feliz me levante temprano ordenando mi cuarto y tratando de que todo quedará perfecto para la noche, el día estaba cálido y templado, aunque una pequeña vibra movía los árboles y las pocas cosas que quedaban, tome entre mis manos la taza de té con manzanilla, mientras comía con Matilde algunas frutas picadas.

Quedamos de acuerdo de que Claudio, mi hermana y Matilde iríamos a la feria en la tarde, yo estaba más que emocionada, aparte de que mí dolor de estomago ya había pasado. Estaba preparando lo que me iba a colocar el día de hoy, bueno tenía varias cosas en la mente, pero aún no me quedaba claro, quería algo sencillo pero que se viera lindo y cómodo, como iba a ser de noche elegí unos pantalones rectos, con unas botas negras, una camiseta cuello tortuga color verde claro y como siempre mi abrigo. Paso la tarde rápidamente, todos se estaban arreglando para ir al lugar, Claudio llegó como siempre tan lindo, solo faltaba mi hermana que se alistara para ir.

–Vamos– grite delante de su puerta– quiero ir pronto– me queje detrás de la puerta

–Me estoy peinando, me tendrás que esperar solamente– confeso

Yo caminé hasta la sala de estar con Claudio– ¿quieres algo para comer? – pregunté

Negó con la cabeza y yo me acerque a él– no quiero nada, comí antes de salir– afirmó– ¿siempre es tan demorosa? – susurro

Asentí– todo el tiempo– dije en voz baja– es peor cuando tiene que juntarse con alguien– los dos soltamos una risita

–Te vez preciosa ángel– me dio una sonrisa cálida, yo di una pequeña sonrisa

–Tú igual, bueno como siempre– dije amorosamente

Después de esperar bastante tiempo a mí hermana, tome mis cosas, bajamos y pedimos un taxi para ir a la ubicación, ya todos en el coche el trayecto de hizo corto, todos hablando de temas y con la música se hizo ligero el trayecto. Al llegar las luces fueron lo que más resaltada en todos lados, las norias en todo el lugar, los juegos y las personas entrado a los juegos, bajamos del coche y caminamos por el lugar, de pronto se me vino a la mente el recuerdo del superintendente que le avisara cuando saliera, tome mi celular temblorosa ¿Debía hacerlo? Bueno, me lo había ordenado así que escribí el mensaje "hola, salí a la feria de otoño" y se lo envíe.

Caminamos entre los diversos locales, iba tomada del brazo con Claudio como digo yo como abuelitos, Matilde estaba muy contenta y quería los peluches que se ganaban en las maquinas, la música y las diversas tiendas que había me encantaban, se escuchaba el sonido del mar y todo me parecía hermoso,

–¿Qué vas a ser primero? – preguntó Claudio

–La verdad no sé, hay muchas cosas y todas están hermosas– dije mirando por los pasillos

–Ven vamos a la noria

–Nunca me he subido a una– dije en un tono bajo

–bueno hoy es el día– dijo con una sonrisa de oreja a ojera

Tomo mi brazo con fuerza, caminando por los pasillos llegamos a la entrada, compramos los tiques, fuimos hasta nuestros asientos designados, me afirme de la barandilla realmente me daba miedo estar tan altos y podía observar lo inseguros que era donde estaba sentada, mire para todos lados, me quería bajar ahora, tomé la mano de Claudio y el me miro confundido

–Me da miedo– dije en un tono inaudible

–Todo va a estar bien Ángel– afirmando más mi mano y acercándome a mí– tranquila no va a pasar nada

Cuando la atracción comenzó a andar, me consumí más en mi asiento, empezó a subir lentamente y se visualizaba cada vez más la ciudad de los Santos la ciudad llena de luces y carros pasando, subiendo poco a poco, y fijándome en cada detalle, todo se veía hermoso desde esa altura, la suave vibra de otoño me abrazó y pude ver el mar y como se movían sus olas, la feria desde arriba y como todo pasaba lentamente, me gire a ver a mi compañero y él también estaba observando todo cuando nuestras miradas se cruzaron, le sonreí ampliamente, el miedo se había ido, saque mi teléfono y nos sacamos una foto y aprovechando de sacarle a una foto a la hermosa vista.