CAPITULO 22

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No sé cómo describir mi día, las personas se habían comportado de manera desagradable todos me habían tratado mal con sus miradas y sus faltas de respecto, suspire llevando mis manos a mi cabello peinándolo tome mi taza con té de manzanilla dándole un sorbo, me encontraba viendo un programa de televisión sentada en el sillón, me sentía cansada físicamente y emocionalmente, desde que llegue a esta ciudad mi vida había cambiando y las cosas que me había pasado algunas no me las merecía, estaba perdiendo la confianza de todo y de lo que me rodeaba.

Me pare llevando mis mantas a la habitación las deje sobre mi cama y me acomode en ella acostándome boca abajo, mis emociones me estaban consumiendo el hecho de pensar de todo y sentirme paranoica a cada lugar que iba.

Mi celular vibro, pero el hecho de levantarme para responder me cansaba mis pies dolían y quería descansar, aunque podía ser algo importante me levante y mire quien había sido era un mensaje de Jack "¿Llegaste a tú casa?" solo respondí que sí y lo deje sobre la mesita de noche, volviéndome a acostar tapándome con todas mis mantas.

El sonido de la ambulancia me despertó de mi sueño, me levanté para poder ver por la ventana había ocurrido un accidente a cuadras de mi casa, volví a acostarme acomodándome en mi cama. Me era volver a conciliar el sueño nuevamente me di vuelta en mi cama tratando de volver a dormir. Mi alarma sonó había dormido cuatro horas, me sentí agotadísima sin ganas de levantarme y dormir todo el día. Tome mi ropa para vestirme, camine hacía el baño mis ojeras se habían hecho notar me peine y lave mis dientes, y como siempre recogí mi cabello. Recogí todas mis cosas, como ya se me había hecho costumbre cerré todas las ventanas y bajé las escalas.

Mis pies pesaban al caminar, el ruido de la ciudad me le hacía molesto acelere mi paso para poder llegar antes al hospital. Deje todas mis cosas en el casillero, camine a la sala de emergías poniéndome los guantes, revise si había alguien sin atender, pero no solo gente esperando ya estaban haciendo atendidos, tenía que revisar unos papeles de ayer, me senté en el mesón buscando cuales eran los papeles que necesitaba, por lo que recordaba era lo de la carpeta amarilla, abrí el cajón y la cogí, saque el lápiz rojo y comencé a marcar lo debido. Llego una mujer mayor mirando todos los lados de la sala, me levante para atenderla al acercarme a ella solo me pregunto donde estaba la sala doctor, estaba confundida, la guie donde se encontraba el médico que buscaba y me lo agradeció con una sonrisa, volví a mi puesto y note que un compañero estaba revisando lo que había realizado hace unos momentos atrás, me acerque al escritorio.

–¿Lo hiciste tú? – reprocho

Ese tono significaba algo malo –Sí– afirme en voz baja

–¡Lucía por Dios! Estos papeles son del otro año ¿Cómo no te diste cuenta?

–No me di cuenta– dije acercándome y mirando la carpeta claramente estaba marcada la fecha del año pasado – lo siento lo arreglaré

–Y claro que lo harás, deberá traspasar todo otra vez– vocifero, note como diferentes personas del lugar me miraban – Pensaba que eras más inteligente Lucía

–Entiendo– respondí tomando la carpeta otra vez.

–Debe estar para hoy

Me miro de mala forma, obviamente enojado mientras me sentaba en el mesón y buscaba papeles nuevos para pasar otra vez, aparte de los de ayer.

Que estúpida que soy

Después de terminar todo, lo cual me atrasé más de lo debido por el hecho de estar atendiendo a pacientes y más estar escribiendo fue largo y cansador mi mente estaba en otro lado pensado en cosas estúpidas. Caminé hasta el baño para poder lavar mi rostro, en el camino me encontré con Claudio.

Solo dime lo que sientes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora