CAPITULO 39

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Mis impulsos hicieron que diera un paso atrás -Tú -murmure

-Un gusto verte Lucia -sonrío

-Aléjate de mí

-No te hare nada -giro su cabeza- no tengas miedo

Caminé hacia atrás, mi corazón latía fuertemente, él me miraba de arriba abajo, su mirada me consumía, el miedo era superior corrí hasta mi habitación encerrándome. Mi intuición nunca mintió con él, sus ojos verdes y como me observaban, estuve cerca de él todo el tiempo, recuerdo cuando lo atendí una vez en el hospital, cuando Manuel me llevo al mecánico y me sentía observada, eran sus ojos que miraban cada paso que daba cuidadosamente, se me enchino la piel, una punzada llego a mi cabeza, los paramédicos no podían ir a cosas menores y Manuel siempre las hacia esa vez cuando conocí a Jasón... Jasón también estará en esto cuando lo conocí era amigo de él, también conocía los pasos que sabía o donde estaba, no, no camine hasta la ventana abriéndola, no tengo nadie, estoy sola, todos sabían qué hacía, necesitaba aire la abrí fuertemente, necesito salir de aquí, mire la caída hacia la ventana era demasiado al caer quizás me lastimaría y no podría correr, me atraparían de inmediato.

Estoy sola, necesito huir

Mi mente no dejaba de pensar en los momentos pasados y como en todos de alguna forma esta él vigilándome, me apoye en la ventana, todos de alguna forma me tenían controlada ¡Claudio durmió conmigo! Era mi amigo, confiaba en él, comencé a avanzar de lado a lado en la habitación, conocía casi todo de mí, sabía de mi pasado, las cosas que me gustan, mis gestos, muchas veces me lo dijo que los conocía muy bien, hasta yo me di cuenta que era buen mentiroso, a veces no atendía personas para que yo lo hiciera y quizás eran esas personas de afuera ¡DIOS! Todo me estaba saturando, esa vez el señor de mi departamento dijo que había entrado un hombre con cabello rojo, ¡AAAA! Todo el tiempo fue él, tomé un libro entre mis manos lanzándolo sentí el ruido que choco en el suelo, la rabia se acumulaba en mí, la revista la rompí fuertemente viendo como caían pedazos de ella, sabía como yo estaba con Jack, conocía todo de mí, destrocé la hoja más fuerte, las lagrimas comenzaron a caer de mi rostro.

-¡Odio todo, odio todo! -repetía una y otra vez

Las lágrimas ardían en mis ojos, tire todo lo que estaba en mis manos, llevando mis manos a mi rostro estresada refregándome con fervor, me gire caminando hacia la puerta mi corazón latía fuertemente, tome la manilla de la puerta tirándola y abriéndola energéticamente, di una respiración antes de empezar a correr, antes de huir, pase rápidamente por el pasillo ignorando si había alguien o no cerca mío, y tratando de no caerme en la escalera, mis respiración era fuerte, gire para llegar al recibidor sin pensarlo extendí mi mano abriendo la puerta sentí el viento helado tocar mi rostro, sin esperar un minuto comencé a correr como nunca, la ráfaga de viento golpeaba mi rostro, estaba todo oscuro sentía como mis pasos hacia que crujiera el suelo, no sabía donde estaba o donde ir, pero avanzaba como nunca, la adrenalina corría por mi cuerpo.

-¡Detente! -escuche gritar a lo lejos

No quise girarme, no me voy a rendir ahora, comencé a correr como nunca mis pasos era más y más grandes, el lugar era descampado sin nada alrededor, no podía perderme o distraerme, no tenía nada que perder.

-¡PARA! -grito Claudio

Menos lo iba a hacer, el impulso se me iba acabando, sentí un ruido cerca de mí, no, no iba a correr aunque me cansara, no notaba nada cerca solo seguía el terreno plano, mis esperanzas se iban acabando, la oscuridad de un momento a otros se acabo una luz intensa estaba detrás de mí se movía, venían detrás de mí, notaba mi sombra y como andaba sin fin, desearía poder volar y escapar más fácil de aquí, una mano tomo mi brazo con ira, me espantándome este me tiro para quedar cerca de él, me tomo de los hombros pasando una mano por mi cadera apretandome, levante mi pie para patearlos en sus parte este soltó un quejido de dolor, soltándome, comenzó a correr nuevamente, ahora si sentía que mi corazón latir intenso, agotándome cada vez más.

Solo dime lo que sientes ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora