ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 14

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—Me duele...no quiero alpha.

—Vamos cariño, estamos jugando.

Me sobresalte al sentir otra mordida en mi cuello, mis pantalones ya no los tenía, sus manos masajeaba mis piernas y parte de mi cadera. Miré a gugu y me di cuenta que estaba mirando, moví mi mano para alcanzarlo pero la de alpha la tomó haciendo que mis manos estén bajo de las suyas.

—Nuestro..n-nuestro bebé está llorando alpha, gugu está llorando.

Comencé a toser con suavidad y cerré mis ojos para abrirlo con lentitud, sus manos se movieron hacía mi remera tomándola del cuello y alzarme. Lo miré atentamente pero su otro brazo se levantó para golpearme. Cerré mis ojos con fuerza tomando su brazo en un intento de desesperación pero al no sentir nada abrí mis ojos y su puño estaba a centímetros de mi, solté un jadeo de sorpresa y me soltó haciéndome caer.

—Yo no tengo un hijo, no tenemos un bebé así que cambia de opinión o así como vino ese muñeco también se va a ir.

⟨⟨Estoy cansado, vamos a dormir Liam.⟩⟩

Me cubrí mi boca para toser nuevamente pero está vez más fuerte, tomé mi pantalón con lentitud y me lo comencé a poner. Al levantar la vista el ya no estaba, agarré a mi bebé y acaricié su carita negando a lo que decía.

—Claro que no gugu, papi no me hizo nada y es muy bueno...sólo lo hice enojar. Vamos adentro pequeño.

Me levanté y con lentitud caminé, mis piernas dolían por las mordidas y los rasguños que tenían, al entrar a casa sentí una mano en mi hombro.

—Ve a la cocina, te tengo un regalo.

⟨⟨Liam vamos a la cama, vamos...me siento mal⟩⟩

Asentí a lo que dijo alpha y fui a la cocina con miedo, oculte a gugu en mi pecho y le acaricié su espalda sonriendo. Al verlo entrar retrocedí un poco y baje la mirada al igual que la cabeza.

—Se que ya es un poco tarde pero...feliz cumpleaños.

Miré hacia la mesa y había un bonito pastel de color celeste con unos conejitos blancos arriba y al rededor, una vela transparentes con luces dando el número ocho.
La llama de la vela se iba consumiendo y el plástico derritiéndose, yo estaba en la misma posición de cuándo llegué, abrazando a nuestro bebé.

—¿Vas a soplar?

—Gugu dice si estás molesto.

Lo miré atentamente y Can le comenzó a gruñir.

—Sopla la vela, tengo que ir a trabajar.

Me contestó con enojo haciéndome enojar.

—¡Entonces vete!, Nadie te pidió que te quedarás.

A pesar de lo que dije en verdad no quería que se fuera, a pesar que dio un golpe en la mesa no me alejé, a pesar que tiró el bonito pastel no me alejé, a pesar que me dio una bofetada en ningún momento me alejé.

Que sea la última vez que me levantes la voz, omega inútil.

—¡No!, ¡Dámelo lo lástimas!.

Jalé de la oreja de gugu para que no lo alejé de mi, Can le comenzó a ladrar y lloré al escucharlo decir cosas feas hacía mi. Con enojo y lágrimas en mis ojos mordí su mano y eso provocó que lo suelte, abrace a mi bebé con fuerza cerrando mis ojos pero lo que dijo me hizo sentir muy lastimando.

Secuestrado Por El Jefe De MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora