Secuestrado Por El Jefe De Mafia

ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 18

No paraba de temblar, la marca ardía a fuego y estaba muy asustado, en verdad estaba muy asustado.
El viaje era tranquilo y silencioso, ya era de noche y mi lobo me estaba hablando mucho, era la primera vez que nos sentimos así. Relajados.

—¿Es la primera vez que viajas en avión?.

Miré a mi costado y una persona me habló, tendría entre unos quince o dieciocho años. Negué y abrace la jaula con lentitud mirando a amor.

—¿Viajas solo?, Es raro ver a un niño viajando solo. Me presento, soy Xam y tengo diecisiete años..¿Cómo te llamas?.

Lo volví a mirar, ¿Puedo hablar por mi mismo ahora?..¿Puedo hablar sin pedir permiso?...quiero hablar sin tener miedo a ser golpeado.

—Si, m-me llamo Liam y tengo ocho años.

—Liam, bonito nombre.

Asentí y sonreí levemente, su sonrisa me transmitió paz y confianza.

—¿A qué viajas a Estados Unidos?.

—Ah..yo..yo estoy huyendo.

Su cara cambio a una de total preocupación, me tomó de mis mejillas y me miró atentamente buscando algo.

—¿Estás bien?, ¿Necesitas ayuda?.

Me quedé callado y temblando, tengo miedo de que Alexey se moleste y me encuentre.

—A-a él le molestará que hagas eso..

Hablé asustado.

—¿A él?.

Lo miré, sonreí levemente y negué.

—Estoy bien señor Xam, solo necesito en donde quedarme.. prometo portarme bien

Sollozé, estaba tan solo ahora. Sus brazos me envolvieron en un cálido abrazo que tanto fue mi cansancio que caí dormido en sus brazos.

☁️

Te encontraré.

Me levanté de golpe con un nudo en la garganta, miré a todos lados y luego me toqué mi pecho, cara y por último mi marca.

—¿Estás bien pequeño?.

Lo miré, no fue un sueño, estoy vivo y en otro lugar..lejos de él.

—S-si, solo fue una p-pesadilla.

—Okey entonces.. bienvenido a los Estados Unidos Liam.

Miré por la ventana y había a los lejos grandes y altos edificios, ya habíamos llegado y no pude evitar sonreír al ver cómo aterrizaba el avión.

[...]

—Siéntete como en tu casa.

Arrastré mi maleta y entre a la bonita casa, era mucho más pequeña que la mansión pero a su vez tan linda. Tenía cosas simples y hermosas para mí, una televisión no tan exagerada, al igual que la cocina y todo lo demás.

—Per.. permiso.

—No pidas permiso Liam, está será tu nueva casa.

Le abrí la jaula a amor y lo deje salir, se veía tan contento mientras movía su pequeña colita y dando saltitos.

—A la noche tengo que trabajar..¿Quieres venir conmigo?. Trabajo en un bar nocturno pero prometo que nada te pasará, estaré a tu lado en todo momento.

“Prometo que nada te pasará”, me dijeron tantas veces esa palabra que ya no creía, ¿Que puedo hacer yo solo en un lugar que no conozco?.