ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 30

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Narra Liam;

Fruncí mi ceño llevando mis manos a mi cara y me destapé desesperadamente con la ayuda de mis pies y me levanté de mala gana, me miré al espejo con cansancio. Es extraño ver a Alexey así. No estoy familiarizado a mucha atención y cariño, no estoy acostumbrado a que me traten así..

—Es frustrante.

Me senté en la silla estando un buen rato mirándome en el enorme espejo que estaba adelante mío, abrí el tercer cajón y tomé las tijeras, acaricié mi cabello largo por última vez comenzando a cortarlo, cada mechón que caía dejaba ir escenarios falsos que tal vez nunca ocurrirían pero aún así están en mi cabeza.
Cepille mi cabello ya corto y también limpié un poco mi ropa, guarde las cosas y corrí la silla con rueditas hacía el escritorio de maquillaje y empecé a sacar algunas cosas. No me permitiré estar triste.

[...]

Las prendas de ropa estaban en el suelo y parte de la cama, me cambié y me miré al espejo por décima vez pero la ropa no me quedaba como yo quería.

—Lindo.

Me gire sobre mis talones y solté una mueca de molestía.

—¿Que hay de lindo?.

Hablé molestó y me tiré a la cama boca arriba ya cansado de probarme tanta ropa.

—Tú..tú eres lindo.

Chasqueo la lengua y miro hacía otro lado con un leve ardor en mis mejillas que intenté disimular tapando mi cara.

—Ya lo sé, no necesito que alguien me lo diga.

—Te cortaste el cabello.

Me destapé la cara lentamente para segundos después estar sentado en la cama, me mordí el labio inferior y levanté la mirada para verlo.

—¿Te gusta?.

Sus pasos que venían hacía mi dirección eran silenciosos, como si fueran pétalos de rosas en el agua. Su gentileza era extraña pero linda de admirar, sus manos con cicatrices entre medio eran suaves y agradable.

—Me gusta pero, ¿Te gusta a ti?.

Tomé con suavidad su mano que estaba colocada en mi mejilla y alcé mis hombros restándole importancia.

—No lo sé.

Poco a poco la distancia que manteníamos fue desapareciendo al estar muy cerca del otro, su nariz frotaba la mía provocándome leves cosquillas. Pase mis brazos atrás de su cuello y poco a poco deje que mis labios besen los suyos.
Su mano se fue deslizando hacía mi cintura para abrazarme con suavidad y tomar posesión del beso, poco a poco nos acostamos en la cama y el beso empezó a subir de tono.

—¡Ahh...!

Mordí mi labio al sentir como apretaba mi pecho y su lengua deslizarse por mi cuello para morder mi oreja, su aroma se hizo presente volviendo loco a mi corazón. Se sentía extraño pero bien, provocaba muchas sensaciones que nunca tuve y leves cosquilleos en todo mi cuerpo que me hacía estremecer con cada toque.

—Más..se..se siente bien.

Lo abracé rodeando mis piernas en su cadera y aprete su cabello con mis manos. Se siente tan bien.

—E-espera.

Shh~, no pasa nada.

Me removí con nerviosismo, mis manos y mi cuerpo no dejaban de temblar al sentir su mano adentrarse dentro de mi falda para acariciar mi miembro levemente erecto que comenzaba a mojar con su liquido preseminal mi braga favorita.
Su mano se deslizó de manera tortuosa en mi ropa interior, solté gruñidos de molestía pero su mano se empezó a mover rápidamente que no tuve ni tiempo de refaccionar.

Secuestrado Por El Jefe De MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora