ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 1

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Era un lunes por la madrugada, en una casa de dos pisos se hallaba un pequeño omega de siete años durmiendo en su cómoda cama, con un sueño no tan pesado y deseando qué no sonará la alarma para ir al colegio.

Nara Liam;

Me despierto por el sonido de la alarma marcando las 6:25 de la madrugada para ir al colegio, estiró el brazo para apagarlo sin ganas -cómo todos los días- no puedo dormir las horas necesarias por el simple hecho de tener pesadillas o por los dolores. Me talló el ojo para sacarme un poco el sueño y así levantarme a alistar mí ropa para entrar a bañarme.

—No quiero ir al colegio pero tampoco quiero quedarme.

Hablé para mi mismo mientras doy un pequeño suspiro y entro al baño.
Después de vestirme y hacer mis necesidades agarró base y otras cosas del maquillaje para tapar los golpes qué fueron hechas por mi hermano Viktor en la cara cómo también en el cuello, salgo del baño para acomodar mis cuadernos en la mochila y así bajar las escaleras para ir hacía la cocina. Agarré una manzana y me dirigí al sofa para comerla y esperar qué sea la hora para entrar al colegio. No me di cuenta cuanto minutos paso pero tuve qué ir directo al baño por qué me agarro ganas de vomitar.

—Ah..ngh.

Limpié la saliva qué me quedó entre los labios, me levanté para ir al lavamanos así cepillar mis dientes y lavar mi cara. Agradezco que la base que me elegí fuera a base de agua, mientras me terminaba de secar la cara escucho cómo abren/cierran la puerta principal y escuchar pasos qué vienen directo hacía dónde yo estoy, estaba muy sumergido en mis pensamientos qué me sobresalte al escuchar cómo tocan la puerta.

Narra Viktor;

Había salido temprano de mi empresa para dirigirme a mí casa no veía a Liam hace dos días, entró a mi auto y arranco para ir a desayunar en una cafetería antes de ir a casa. Después de unos minutos llego al lugar ya mencionado y estacionó mi auto de último modelo para entrar, mientras voy entrando escucho un "cuidado" de una persona hasta qué sentí algo frío en mi pecho.

—L-lo siento mucho señor..mil disculpas.

—¿Hum?.

Mi camisa blanca estaba manchada con un color naranja, molesto levanto la voz y miro a la persona que lo hizo.

—¡¿A caso sos ciego o qué inútil?!, contesta marica.

—Lo siento señor.

Sonreí al ver qué hizo una reverencia ante mí. Voy hacía la caja para pedir mí pedido

—Hola buenos di-..

—Un café expreso con una dona rellena de dulce de leche y una medía luna.

La interrumpí por qué no estoy con ánimos para aguantar a alguien y menos que simule una sonrisa

—Enseguida, ¿desea algo más señor?.

—Sí, qué sea rápido.

Veo cómo pone una cara de disgusto por mí comentario pero bueno, ella pregunto.

—Aquí tienes.

Le doy el dinero y agarro mis cosas para irme de una buena vez por todas de esta mierda.
Entro a mí auto y me quedó ahí hasta terminar lo qué compre y conduzco a una velocidad bastante alta, a los minutos ya estaba estacionando a fuera de mi casa.

Al entrar y no escuchar a nadie voy directamente al baño qué es la única puerta qué esta en la sala, golpeo la puerta pensando qué capaz esta Liam en el baño cómo todos los días.

Secuestrado Por El Jefe De MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora