ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 27

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Solté un gruñido por lo bajo al sentir un peso en mi abdomen, me removí incómodo y con lentitud abrí mis ojos para ver a Liam frotarse con mi entrepierna.

—¿Q-que carajos Liam?.

—¿No quieres hacerlo?.

No, por supuesto que no quiero. Debes hacerlo con alguien que amas en verdad.

—No, no debes hacer esto.

—¿Que importa?..te doy asco, ya no se me notan mis huesos y estoy limpió, me pase varias veces la esponja por todo mi cuerpo para no darte asco pero aún así me miras como si de un bicho se tratase. Sólo tómame, se que en verdad quieres eso.

En verdad me arrepentí de todo lo que le hice pasar, pase mis manos por mi cara para cerrar mis ojos, arrepentido de todo y verlo así...soy un asco.

—No es eso Liam, verás..

—¿Estoy muy gordo para ti?.

Levanté la mirada al escucharlo reírse, acaricié su mejilla y negué pero el comenzó acercarse para besarme. Mis manos fueron a su boca para que aquel beso no llegara, él tomó mi mano y la posó en su pecho comenzando a mover nuevamente sus caderas.

—Liam..

Sus movimientos de atrás hacia adelante estaba aumentando el calor en mí, su boca levemente abierta soltando leves jadeos y su feromonas amargas no ayudaban a qué me concentre. Sus labios tocaron mi cuello comenzando levemente un camino de besos y mordida.

—Liam.

Dije con voz gruesa, desesperado por la sensación que me provocaba. Lo puse abajo mío y repartí besos por su cuello, aprete su muslo disfrutando lo suave que es, su pierna izquierda fue a mi hombro y mi mano bajo a mi miembro ya erecto por él. Su pecho subía y bajaba, su cabello levemente pegado por el sudor de su frente y sus lágrimas desbordaban al sentir cualquier roce en su cuerpo, por qué está en celo.

—Liam vete.

Baje su pierna y me aparte de él mirándolo.

—¿Por qué?, Eres mi alpha.

Negué repetidas veces, negando aquello que alguna vez dije.

—¿Es por qué aún soy un jodido niño?.

Me detuve para verlo, su sonrisa de burla me desconcierta, su pié acaricio mi miembro haciendo que suelte un gemido ahogado.

—N-no deberías hacer eso, quiero cambiar y aún así..tú no ayudas, no, no es eso. Soy yo, yo soy el problema pero aún así..

—Déjalo, no sirves para esto.

No eres nadie para decirme en qué no sirvo.

Habló molestó mi lobo, su risa resonó en aquel lugar, en toda la habitación.

—¿Disculpa?, Tú tampoco sos nadie para decirme en qué no puedo hacer eso o aquello...Sabés, ¿Recuerdas aquél día que TÚ hermano me sacó de la casa?, Bueno..me bese con un desconocido en el auto y joder..que bien se sintió.

Ladeó un poco la cabeza y sonrió a lo que dice, obviamente es una mentira para hacerme molestar.

—¿Te besaste..con Axel?.

Mi sonrisa dolía al querer intentar romperse por la traición.

—Por primera vez en ese momento de mi vida no sentí miedo por alguien, por primera vez sentí calidez por alguien.

Secuestrado Por El Jefe De MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora