Ahora mismo sería capaz de ordenar todos los sucesos por orden, establecer un patrón unido con un hilo rojo en un tablero y justo en medio estaría mi cara marcada por todos.
—He contactado con el abogado de Archie, puede hablar con un amigo suyo que trabajó en la DEA —me explica Wolfgang después de prepararme un sándwich—. ¿Me explicarás ahora que te ocurre?
—Es que, no sé si debería decírtelo...
Lo último que quiero es añadir más leña al fuego, avivar la llama que nos está consumiendo y llenándonos de humo negro. Además, siento que Archie debería ser el primer conocedor de que el maldito de su hermano me forzó a besarle. Jason parece no tener nada que ver con el tema principal del asunto, pero esta vez ha pasado el límite.
Wolfg se lleva las manos hasta la garganta, traga saliva duramente haciendo que su mandíbula sea aún más marcada que de costumbre.
—Ya te lo han contado, ¿no?—dice con disconformidad—. Es una completa locura, Clary me lo dijo ayer.
Creo que me he perdido en la conversación, hace días que no hablo con Clarissa, y no recuerdo ninguna noticia impactante. ¿Ahora también me guardan secretos?
Le miro con las cejas elevadas, vamos Wolfgang desembucha.
—A ver, a ver —sueno enfadada—. Yo no sé nada, ¿qué se supone que tiene que contarme Clary?
El alemán abre los ojos como dos perlas, se muerte el labio inferior, parece que alguien se ha ido de la lengua.
Le animo a que me cuente todo lo que sabe, ahora no puede dejarme en ascuas.
—Bueno, pero prométeme que no dirás nada —suplica extendiéndome el dedo meñique para formalizar la promesa.
—Cuenta con ello —afirmo entrelazando mi dedo pequeño con el suyo.
Él cierra los parpados con fuerza, toma una bocada de aire y dice a toda velocidad:
—Hannah está embarazada de Jason, él no lo sabe aún, pero planea decírselo durante la semana.
Dudo entre recoger mi mandíbula del suelo o dejarla ahí. Hannah embarazada. Hannah embaraza de Jason Brown. El mismo tipo despreciable de hace unas horas, el cual tiene el super poder de disfrazarse del mismísimo ángel Gabriel cuando le apetece.
Me siento apartada, excluida de nuestro grupo de tres. Aunque, quizás me lo merezco. Llevo semanas aislada del mundo, no contesto la mayoría de las llamadas, ni mucho menos estoy disponible para tomar un simple refresco en la terraza de un bar.
El dolor que siento es punzante como mil agujas, mis mejores amigas han olvidado mi existencia.
—Pues supongo que tendré que esperar a que me avisen —digo quitándole algo de hierro al asunto—. O tal vez, dentro de nueve meses me presente al bebé.
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Sugarbaby.
RomanceViolet está desesperada por dejar atrás su oscuro pasado. Huyendo de unos peligrosos narcotraficantes sedientos de venganza, busca refugio en una nueva ciudad. Por otro lado, Archie lleva una vida aparentemente exitosa, pero la soledad y el vacío em...