El mármol de la estructura donde me hallo acaricia mi piel desnuda provocándome múltiples escalofríos. Nos contemplamos desnudos uno frente al otro. Ambos cuerpos emanan una vibración caliente que nos pica en la piel. Archie rebusca su pantalón que minutos antes había sido lanzado y saca un preservativo de su billetera.
Con ojos golosos y rasgando el plástico de Durex para meter su pene dentro del condón se acerca sigiloso como un tigre.
Me agarra el culo, a la vez que deja pequeños mordiscos por todo mi cuello.
Nos besamos con vehemencia, con una brusquedad que admito que me resulta excitante. Baja su mano hasta mi vagina para tocarme con un movimientos circulares.
—Estás realmente húmeda, Violet —Su lengua me lame el mentón—. Tendré que ocuparme de ello.
Gira mi cuerpo y quedo expuesta con el trasero erguido hacía su eminente erección, noto sus muslos calientes, su pene entra de forma suave y duramente firme.
De una embestida lo tengo tan dentro de mí que voy a explotar como un globo contra un alfiler. Es tan placentero que soy incapaz de acallar mis gemidos.
—Grita nena, eres libre de formar un jolgorio si te apetece. Es nuestra casa —ronronea clavando sus grandes dedos en mi cadera—. Inclínate un poco más, quiero tener tu culo más cerca.
Comienza a mover su pelvis de un modo lento, mientras que su dedo índice que masajea el clítoris, centrándose en proporcionarme todo el placer posible. Mis gemidos vuelven con más fuerza, él lo sabe y aumenta la profundidad de su penetración.
La temperatura de nuestros cuerpos asciende, ardemos como la lava de un volcán. Nuestras respiraciones están desaceleradas, su ritmo aumenta y todo mi cuerpo se eriza.
Por un momento mis brazos fallan y pierdo el equilibrio, pero Archie me sujeta los brazos por detrás de la espalda y continúa follándome.
—Esto es lo que te espera de ahora en adelante —confirma con un mordisco cerca de la escápula—. No pararé hasta que te corras en mi polla, Violet.
Y así lo hago, Archie incrementa el ritmo y no podemos durar mucho más.
Nunca había hecho el sexo de esta forma tan salvaje. Me siento como una estrella del porno, no sabía que me gustaría tanto ser poseída en una cocina de lujo, con la brusquedad de un hombre que me desea tanto que es incapaz de esperar hasta el dormitorio.
Atrapa mi cabello en su puño y es lo que hace que llegue al orgasmo por segunda vez, de forma lenta y muy, muy placenteramente. Él me sigue segundos después y se desploma contra mi espalda.
Un rato después decidimos irnos al dormitorio, estamos realmente cansados y ambos trabajamos al día siguiente. Comemos algo rápido en la cocina y subimos la infinita escalera. Esta oscuro y apenas puedo distinguir la decoración de este, solo que se trata de una king size con sábanas color crema de seda.
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Sugarbaby.
RomanceViolet está desesperada por dejar atrás su oscuro pasado. Huyendo de unos peligrosos narcotraficantes sedientos de venganza, busca refugio en una nueva ciudad. Por otro lado, Archie lleva una vida aparentemente exitosa, pero la soledad y el vacío em...