Capítulo 2: Primer contacto.

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Rememoro toda la información facilitada por la secretaría, mañana tengo concertada una cita en el hotel Mont Blue, debo estar presente allí a las diez y media de la mañana

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Rememoro toda la información facilitada por la secretaría, mañana tengo concertada una cita en el hotel Mont Blue, debo estar presente allí a las diez y media de la mañana. Necesitan una foto mía y fotocopias sobre mis documentos personales.

Busco en los cajones del pequeño y astillado mueble del salón mi pequeño bloc de notas, lo apunto todo y lo guardo en mi bolso, no me gustaría que Zed lo encontrase.

El resto de la tarde transcurre sin más, no puedo parar de imaginar las circunstancias en las que me encontraré mañana, si estoy cometiendo un gravísimo error o quizás estoy más loca de lo que puedo creer.

El despertador suena demasiado pronto, me arrastro hacía el cuarto de baño para lavarme la cara, tengo un nudo enorme en el estómago, me siento tan... sucia.

Jamás imagine que acabaría malviviendo en una auto-caravana con la versión toxicómana de Zed, aunque mucho menos aún que me convertiría en una sugarbaby. Busco en el armario el conjunto que elegí mentalmente anoche desde el sofá mullido, mis viejos vaqueros rotos; agradezco que la moda se centre ahora en ellos, y una blusa cobalto, con una rebeca de lana junto con mis maltratadas Vans blancas.

Aplico algo de color a mí rostro y un poco del máscara de pestañas algo seca que descansa en mi neceser, mi cabello ha decidido despertarse lo más alocado posible y finalmente decido transformarlo en un moño redondo con algunos defectos, pero no puedo hacer más.

Me esfumo de la caravana antes de que se despierte, le dejo una nota escrita con letra rápida. El hotel no esta lejos así que decido ir andando, mientras camino les recuerdo a mis compañeras de trabajo que hoy no asistiré. Conecto los auriculares y dejo que Ed Sheeran me inunde de maravillosas sensaciones.

Al cabo de unos veinte minutos el hotel se alza sobre mí, imponente y perfectamente pintado en blanco, los grandes ventanales decoran la inmensa pared, doy pequeños pasos hacía la puerta, en un pequeño letrero rectangular anuncia: TIMBRE.

Acerco el dedo, temblorosa.

«Aún estás a tiempo de retroceder toda esta locura», dice mi subconsciente mirándome a través de unas pequeñas gafas redondas.

Joder, he llegado hasta aquí y tengo que intentarlo, cierro los ojos y pulso el botón. Después de unos segundos interminables la puerta vibra accediendo el paso. Busco el nombre de la chica que atendió mi llamada, me dijo que estaría aquí.

Todas van vestidas con una ceñida camisa negra y un pequeño sombrero al lado de sus cabellos, leo el nombre de todas buscando a Elisabeth. Rose, Mary, Veronica, Chloe, Elisabeth... Me dirijo a ella y una vez estoy delante de su perfecto rostro maquillado no soy capaz de hablar.

—Buenos días Violet, gracias por su visita.

Su tono frío y algo cansado me toma por sorpresa, asiento con la cabeza y saco de mi bolso una carpeta con todos los documentos que requería.  Me gustaría preguntarle cómo me conoce si es la primera vez que estoy aquí, pero no me da paso a la conversación.

Sugarbaby.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora