Ajusto con un par de alfileres la parte trasera del vestido, tal y como la jefa de campaña me había especificado en el diseño que le envié el mes pasado.
—¿Tan estrecho de esa zona? —Me pregunta Emma pasándole un cepillo en las mangas.
—Eso me dijo Louisa, quería que la espalda quedase marcada a la piel, no entiendo mucho de este estilo de ropa, sinceramente.
Los modelos entran al vestuario, es la primera vez que he proyectado para hombres ropa catalogada como femenina, pero ciertamente les sienta de maravilla.
Emma y yo decidimos salir para que puedan vestirse cómodamente, de hecho, nuestro trabajo ya está listo, sin embargo, siempre nos quedamos para tomarnos unas copas, ya que son gratis aprovechamos el momento.
—Ven, allí queda una mesa libre, corre. —Le indico caminando deprisa hasta ella.
Tomamos asiento, le pido una copa de vino, aunque preferiría un refresco, pero hoy quiero ser un poco más peliculera.
—Menudo San Valentín —farfulla apoyándose la cabeza en la mano—. Todo el mundo estará follando como conejos y nosotras aquí trabajando.
Me río al escucharla, siempre anda quejándose de su mala suerte en el amor. Solo le han caído imbéciles que solo buscaban algo de calor y después la mandaban a paseo.
—Tú puedes conquistar a cualquiera de aquí, Emma —digo en voz baja—. De todas formas, solo es un día marcado para el consumismo, el amor se demuestra día a día.
Ella bufa poniendo los ojos en blanco, a veces se me olvida de que color tiene el iris, ya que vive con esa expresión continua.
—¡Y una mierda! —exclama tocándose los rizos—. ¿No te gustaría que Archie se presentará en tu casa con un ramo de rosas y un litro de lubricante?
Hago una pequeña bolita con la servilleta, creo que mi rostro refleja algo que no quiero.
—Pues sí, pero él no está en Alemania. Viajó a Seattle para solucionar unos trámites y no sé cuándo volverá. —sostengo tomando otro trago.
A decir verdad, llevábamos unos días distanciados, el trabajo y sus problemas legales nos había lanzado un muro entre los dos.
Y no fue a mejor cuando le confesé que Jason me había besado aquel día en su despacho, un beso forzado y repugnante.
—Bueno, si no consigues que ese guaperas venga, tienes un hueco en mi apartamento —Me propone guiñándome un ojo—No tengo pene, pero si chocolate y películas románticas.
—Lo tendré en cuenta.
Contemplamos como los modelos desfilan con nuestros diseños, son realmente preciosos cuando traspasan el papel, me hacen sentir orgullosa. Saber que he conseguido ser Violet de verdad me produce un cosquilleo por la piel.
No hay nada mejor que sentirse orgulloso de uno mismo.
—¡Un gran trabajo el realizado por Violet Fisher y Emma Hathson!
La presentadora nos anuncia por sorpresa, todos los invitados nos buscan con la mirada, pero mi compañera se encarga de hacernos ver al alzar su copa.
—Gracias, gracias. —digo sonriendo.
Salimos de la sala algo aturdidas, las luces y la música me han dejado atontada. Entro en el coche de Emma, ella enciende la calefacción en cuanto el motor está en marcha.
—Mira todas las parejitas de la mano, vomito —dice con voz quejosa.
Observo por la ventanilla toda la calle; los corazones decorando las tiendas, ramos de flores en las manos de muchas chicas, besos por doquier y mucho amor flotando en el ambiente.
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Sugarbaby.
RomanceViolet está desesperada por dejar atrás su oscuro pasado. Huyendo de unos peligrosos narcotraficantes sedientos de venganza, busca refugio en una nueva ciudad. Por otro lado, Archie lleva una vida aparentemente exitosa, pero la soledad y el vacío em...