Capítulo 1: Inscripción.

149K 10K 6.2K
                                    

Capítulo 1:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 1:

Otra vez, ese molesto y aún más irritante sonido vuelve.

Y con esa melodía todos los recuerdos me invaden por dentro, ignorado la llamada de mi teléfono de nuevo, pienso; ¿Cómo he llegado hasta aquí? 

Aún puedo sentir como Zed encajaba su mano con la mía y todas las piezas volvían a su lugar, no puedo creer que después de tantos años al lado de una persona pueda sentirme tan sola y vacía. Luché codo con codo, contra viento y marea incluso con gigantes que eran molinos después, pero su voluntad no era tan fuerte como nuestro amor.

Zed había sustituido mis besos por cocaína, abrazos por marihuana y nuestro sexo por partidas de póker. Perdimos nuestro hogar, se llevó con su adicción todo lo que era de ambos y también nuestra relación. Y ahora, me encuentro en una caravana en mitad de un solar abandonado, sin mi sueño de poder ser actriz en algún teatro de Hollywood. Pero no puedo mirar hacía delante y emprender una nueva vida dejando a una persona con adicción a su suerte. Ya no le amo, pero no quiero que muera o que lo maten por una deuda. Con tan solo mirarlo veo a su antigua alma atrapada en un cuerpo y una mente que ya no le pertenecen.

—¿Quién llama tanto al maldito teléfono?

—El director del banco, Zed, siempre es él.

Debemos mas de doce mil dólares, por ello me vi obligada a sacar todos nuestros ahorros para casarnos y entregárselos a un mafioso ya que Zed se los jugó en una partida, pero no era suficiente y recurrí a pedir un préstamo. El segundo mayor error de mi vida. Doce mil dólares, siete mil al banco y todo lo restante a ese asqueroso tirano.

—Lo devolveremos, de verdad Violet, solo necesitamos un poco más de tiempo.

Es difícil creerle mientras al hablar todo su cuerpo tiembla.

—¿Cómo lo haremos? Tú no estás en condiciones de ejercer ninguna profesión y con mi sueldo de camarera no llegamos ni para pagar la luz de esta chatarra con ruedas. Solo nos dan de plazo seis meses.

Zed solo observa el suelo, nadie le recuerda, nuestros amigos decidieron no volver a contactar con él, todos tenían miedo de ser amenazados por Chung. El mayor mafioso asiático de New York.

Su familia borró su nombre del buzón y de sus corazones. 

Solo estaba yo, Violet, una mujer a la que le encantaba salir los viernes a beber vino a cualquier bar si estaba acompañada de las que eran mis amigas, ir cada miércoles a la última sesión de cine con Zed y sentarnos en la última fila para devorar sus labios salados por las palomitas o acudir cada mañana a mis clases de interpretación, pero todo eso quedó en un pozo muy hondo. En eso consiste el amor me decía a mi misma mientras hacía las maletas para huir de esos matones, y me lo repito cada noche aunque ya no estoy segura de que sea cierto.

—Mi turno comienza en una hora, volveré a las cuatro, no intentes ir a ningún sitio esta todo cerrado.

Asiente y se levanta para despedirme, cuelgo el bolso en mi hombro y saco las llaves, no podría trabajar con mi mente tranquila si pudiera escapar ya que posiblemente acabaría en un callejón comprando cocaína.

Sugarbaby.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora