Para cuándo llego a casa Zed está profundamente dormido, suspiro por el gran alivio de no tener que contestar a sus preguntas. Me deshago de mi ropa y busco el pijama en el primer cajón del armario. La cama es tan pequeña que el vello de las piernas de Zed me hace cosquillas hasta que me quedo dormida.
La alarma suena como una bala, Zed balbucea algo que no entiendo y se gira hacía el otro lado de la cama, aún no me he acostumbrado el poder apreciar los estragos de su adicción en su físico, ha recuperado algo de peso, aunque no lo suficiente. Al menos ahora ya dedica tiempo a su aseo personal hubo en tiempo en que no existía nada más allá de la droga.
Una vez uniformada vuelvo a escribirle una nota, hoy también volveré tarde y eso me hace pensar que no tardará mucho tiempo en sospechar algo.
Es la fiesta temática en el hotel, volveré a encontrarme con Archie, el recuerdo de nuestro beso vuelve como un relámpago hacía mi mente y solo siento ansias por volver a repetirlo. Es cierto que la punzada de la culpa y mis remordimientos me están azuzando, pero mi orgullo se interpone sobre ellos.
No me siento como una prostituta, soy su acompañante, me repito constantemente.
Debo explicarle a Zed mi nuevo trabajo, tengo que meditar las palabras exactas y precisas para hacerlo, lo último que quiero es que debido a mis actos recaiga en su adicción.
Para cuándo llego a la cafetería las chicas están dentro. Clary y Hannah hablan sobre los nuevos rumores de la sociedad y me íntegro en la conversación, cada momento viviendo en una burbuja fuera de la realidad es un regalo del cielo.
La jornada acaba pronto, los clientes no han parado de llegar y hemos hecho una caja por encima de las expectativas. La campana que cuelga encima de la puerta advirtiendo la entrada de alguien tintinea, guardo las jarras limpias de café en el armario.
—Lo siento estamos cerrando, abrimos a las siete en punto.
Abro el cajón para guardar los saquitos de café y las cucharillas.
—Cierto, pero tenemos una gran fiesta esperándonos, pequeña.
La última cucharilla se me cae al suelo haciendo un estrepitoso ruido, Hannah y Clary vienen al segundo, aunque no sé si por el ruido de la cuchara o por la sensual voz de Archie. Le sonrío a través de la barra, me paso las manos por el delantal, las chicas cuchichean entre ellas, le digo a Archie que tardo unos minutos y accede a esperarme en la puerta.
—Así que... El señor Brown —Hannah me da un codazo.
¿Lo conoce? ¿Se habrá acostado con él?
Pero... Tampoco es asunto mío, se ve a leguas que la vida sexual de Archie tiene una infinita lista de nombres.
—¿Me guardas el secreto Hanni?
Le hago un puchero y me responde sacándome la lengua, deja su mano tatuada sobre mi hombro.
—Por supuesto, y por si te lo preguntas me he tirado un Brown, pero no al tuyo —Me guiña un ojo y las dos estallamos en carcajadas.
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Sugarbaby.
RomanceViolet está desesperada por dejar atrás su oscuro pasado. Huyendo de unos peligrosos narcotraficantes sedientos de venganza, busca refugio en una nueva ciudad. Por otro lado, Archie lleva una vida aparentemente exitosa, pero la soledad y el vacío em...