Capítulo 18

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Banda sonora del capítulo: Wildest dream, de Taylor Swift (TV).

Entré de nuevo en mi improvisado camerino y Loui se encargó de desmaquillarme y lavarme el cabello. A continuación, me maquilló de nuevo y me secó y planchó la melena castaña. Mi pelo normalmente tendía a ondularse, pero también me quedaba bien si lo llevaba totalmente liso.

Por lo que tenía entendido, ahora nos tocaba cambiarnos de ropa para volver a grabar otra escena, esta vez en el London Bridge. La temática del videoclip era el encuentro de dos amantes en épocas diferentes.

Agradecí que el vestuario para rodar la segunda escena fuera bastante básico. Constaba de unos jeans ceñidos y un jersey negro. Lo combinaría con un bolso pequeño y con la correa corta y plateada, y unos botines negros y puntiagudos. Suspiré con alivio al ver un abrigo de cuadros blancos y negros. El sol se había escondido tras las nubes y empezaba a hacer un frío de narices. Al menos con esa prenda podría evitar congelarme.

Una vez lista, entré en la furgoneta oficial de la banda para dirigirnos a la siguiente ubicación. Me senté entre Royce y Marc, quedando Ben y Roger justo enfrente de nosotros, cara a cara. Mia ocupó el asiento del copiloto y Harry comenzó a conducir. El chofer era el tipo menos hablador que había conocido en la vida. Mia me había dicho que llevaba trabajando para ellos desde hacía seis años.

La vibración de mi móvil me indicó que tenía un mensaje nuevo.

Ben– Sáb. 14 de dic. 13.20: Me muero por darme una buena ducha. ¿Tú no?

Alcé la mirada y me encontré con sus jocosos ojos verdes, que me estudiaban con una intensidad arrolladora.

También se había cambiado de ropa. Ahora llevaba unos jeans ajustados y negros, agujereados en la zona de la rodilla. Su jersey en esa ocasión era gris y calzaba unos botines color camel. Su abrigo era, como no, de color negro. No podían faltar los anillos adornando sus dedos.

Gala– Sáb. 14 de dic. 13.21: ¿Suspenderemos la grabación si empieza a nevar?

Observé como él tecleaba la respuesta en su dispositivo, a la espera de que la pantalla del mío se iluminara.

Ben Hardwicke– Sáb. 14 de dic. 13.21: No lo creo. ¿Te preocupa mojarte?

No contesté y vi que seguía escribiendo.

Ben Hardwicke– Sáb. 14 de dic. 13.22: Ahora grabaremos mi escena favorita.

Lo miré, inquisitiva. Su única respuesta fue una sonrisa sospechosamente maliciosa. Por lo que recordaba, era una escena muy parecida a la anterior. Quise haber echado un ojo al texto de nuevo, pero lo había dejado en el camerino y no tendría ocasión de mirarlo antes de la grabación.

Tardamos poco más de veinte minutos en llegar. La zona del London Bridge en la que rodaríamos ya había sido acordonada y cerrada al público. Nos bajamos del vehículo y parte del equipo de grabación comenzó a repartir sándwiches y termos que contenían café caliente. Además, dejaron mantas térmicas encima de una mesa para quién las necesitara, pero cuando fui a por una ya las habían cogido todas.

Me apoyé contra la barandilla azul del puente y mordisqueé mi sándwich de aguacate. Estaba delicioso. Desde mi posición podía ver The shard a la perfección, un impresionante rascacielos en forma de pirámide revestido de cristal. El Támesis yacía bajo nuestros pies, repleto de barcos que navegaban por sus aguas, la mayoría de ellos turísticos. A pesar de no ser ni las dos de la tarde, el cielo gris y nublado daba la impresión de que era más tarde.

Efecto Hardwicke [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora