Efecto Hardwicke [2]

Capítulo 37

Banda sonora del capítulo: Wonderland, de Taylor Swift.

Me senté junto a Marina y comenzamos a cenar. La velada pasó entre anécdotas, risas y celebración. Todos los presentes inmortalizaron con sus móviles el momento en el que Ella sacó una tarta repleta de velas y la puso delante del anfitrión.

—Muchas gracias por haber venido hoy a celebrar este día conmigo — musitó él tras soplar las velas, escondiendo su timidez tras una expresión jovial. Su voz se tiñó a continuación de cariño—. Aunque debido al trabajo no nos veamos tanto como me gustaría, quiero que sepáis que me siento muy afortunado por teneros en mi vida. Dentro de poco arrancaremos con la gira, por lo que puede que no volvamos a coincidir todos hasta dentro de un par de meses. Pero tengo la certeza de qué cuando regresemos, seguiréis aquí. Así que gracias por ser mi punto de apoyo. Si no fuera por vosotros, habría perdido el norte hace tiempo—. Hizo una pausa y levantó la copa de champán—. Solo deseo poder cumplir muchos años más a vuestro lado.

Los presentes comenzamos a aplaudir tras su discurso. Me emocioné al ver que Ella y Leo se acercaban a él y lo rodeaban con los brazos, claramente conmovidos. Mia y Roger no tardaron en sumarse al abrazo familiar y las risas se propagaron por le estancia.

—Siento quitarte el protagonismo esta noche, Ben, pero yo y Abby también tenemos algo que comunicaros— expuso Roger al cabo de unos minutos, sosteniendo la mano de su prometida entre las suyas, ambos con la felicidad reflejada en sus rostros.

—¿Habéis puesto por fin fecha para la boda? — vociferó Royce.

Roger sonrió ante su comentario.

—De eso mismo queríamos hablaros— contestó—. Hemos decidido posponer la boda hasta el año que viene. Con todo lo que está pasando en el mundo últimamente, es posible que no podamos celebrarla como nos gustaría. Algunos me tacharéis de alarmista y exagerado, pero algo me dice que el virus que comenzó en China a finales del año pasado, acabará por llegar aquí. Supongo que todos habéis escuchado las noticias sobre el virus en cuestión a estas alturas.

El silencio se hizo en la sala mientras todos asentíamos. La Covid-19 estaba en bocas de todos últimamente.

—Pero esa no es la única razón por la que hemos decidido esperar— intervino la eufórica voz de Abby, rodeando el torso de su prometido con los brazos y descansando su cabeza en uno de sus hombros—. Estoy embarazada.

La locura se desató a partir de ese momento. Llevaba relativamente poco tiempo conociendo a la pareja, pero no pude evitar que mis ojos derramaran lágrimas de emoción. Tras unos minutos, estreché a Abby entre mis brazos y le di la enhorabuena antes de hacer lo propio con Roger.

La celebración continuó entonces. La música inundó la estancia y la gente se reunió junto a la mesa de billar. Las discusiones sobre el juego no tardaron en comenzar.

Al cabo de un rato, vi que Ben se escabullía del sótano por una puerta acristalada que había en un rincón de la estancia y decidí seguirle. Lo sorprendí hablando por teléfono en el centro de un bonito patio interior. El suelo era de césped artificial y las paredes estaban repletas de plantas. Había una claraboya en lo alto de la estancia y la luz de la noche se filtraba a través de ella. Además, había tenues luces de tierra repartidas por el suelo. Nunca había estado en esa parte de la casa, pero no me cupo ninguna duda de que, de entre todas, era la más especial.

Se percató de mi presencia a los pocos segundos y dibujó una sonrisa incómoda en los labios. Sin embargo, me hizo un gesto con la mano para que me acercara. Estaba sentado en un banco de madera y ocupé asiento a su lado, intentando no escuchar demasiado la conversación que mantenía. Aun así, no pude evitar captar al nombre de Megan y se me tensaron todos los músculos del cuerpo.