51.- Las pruebas de la verdad

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Todos los presentes miraron sorprendidos a quien entró...

Era muy conocido para unos, y un completo desconocido para otros. Su nombre: Lone. Apareció por la puerta con el policía Nguyen en su mano, agarrado por el cuello de la camisa del uniforme. El tejón se encontraba inconsciente y con ciertas marcas de tortura, pero nada grave a simple vista.
El lobo miró a sus lados y vio cómo se preparaban para atraparle. No hizo ningún movimiento, no quería mostrarse como alguien amenazante. Tenía otro plan en mente.

"Es Lone, el criminal en busca y captura." Bogo afirmó. "¡Atrápenlo!" Según el jefe ordenó, Delgato y Jackson avanzaron lentamente con la pistola en sus manos.

"Tiene al oficial Nguyen en su mano. ¿Qué pretende?" Pensó Judy según le vio entrar.

"¡Esperen, por favor! No vengo a causar ningún problema." Levantó sus manos, todavía sujetando al oficial. "Vengo a que se haga justicia en esta sala de manera pacífica, hablando." Su expresión facial seria iba cargada con decisión.

"Deme una razón para dejarle declarar en este juicio, señor Lone." La jueza no iba a permanecer impasible ante la situación.

"Tengo pruebas, señoría." Cuando Gloria sonreía porque pensaba que iría contra Vol, el lobo tiró sus esperanzas por la borda. "Puedo probar que Vol es inocente de las acusaciones que sobre él pesan." Eso hizo que la hipopótama cambiara el arqueo de su boca.

Wolov miró al tejón. "Dice usted que viene pacíficamente, pero ese tejón oficial tiene heridas externas y está desmayado. ¿Qué pretende demostrar?"

Al mirar a Nguyen, el lobo le soltó, dejándole caer. "Él posee información vital para este juicio. En cuanto se despierte, declarará lo que sabe." Después, dirigió su mirada a la jueza. "Si hace falta, pueden esposarme a una silla, no pienso pelear o hacer un revuelo."

Nadie entendía sus intenciones, les dejó a todos descolocados. Aún así, Delgato cacheó a Lone, encontrando un pendrive y mostrándoselo a la jueza. El compañero del león le ayudó y sentó al canino en una silla, esposándole fuertemente al respaldo, sin oposición de éste, y llevándole al frente, delante de Wolov. Las caras extrañas se sucedieron.

"Ese pendrive... contiene más pruebas de la inocencia de Vol. Le diré qué carpeta tiene que abrir y lo que necesite." Afirmó Lone con absoluta seriedad.

La jueza asintió. "De acuerdo. Si es cierto, veremos sus pruebas. Tráiganme el proyector y el ordenador portátil."

A las órdenes de la carcayú, dos mamíferos se movieron para preparar todo y llevárselo a la jueza. Mientras se hacía el procedimiento, la indignación en Cattyson se hizo presente.

"¿En serio va a dejar usted, señoría, que un criminal buscado declare? Debería ser juzgado."

Con mal humor por el comentario, la jueza se levantó. "No toleraré esas ofensas en la sala. Hasta el más aborrecible criminal tiene su derecho a declarar y bien debería saberlo, señor Cattyson." Se volvió a sentar y suspiró calmada. "Que no se repita."

El felino no pudo hacer más que sentarse y contemplar lo que pasaba... al menos por ahora.
Llegó lo necesario para la continuación del juicio. Conectaron el ordenador y la pantalla para proyectar las imágenes. Al tejón le atendieron unos médicos en el mismo lugar hasta que despertara. Le sentaron en una silla, pero le mantenían en el lugar, ya que era pieza clave en el juicio. Al ver que todo estaba bien, se lo hicieron saber a la jueza, quien dio permiso para continuar con el juicio.

"Reanudamos el caso en cuestión tras este pequeño incidente." Resumió Wolov. "El señor Lone afirma poseer pruebas gráficas contra Gloria Clinton sobre su maltrato al menor. Comprobaremos su veracidad."

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora