Zootrópolis es un lugar bastante tranquilo, sobre todo desde que Judy Hopps se incorporó en las filas de la ZPD. Su búsqueda de un mundo mejor y su espíritu de no rendirse nunca han hecho que la ZPD consiga que haya paz... dentro de unos mínimos. Ni el dúo dinámico de zorro-coneja podía evitar que en la ciudad hubiera maleantes, siempre sucedía algún crimen en aquel lugar, una bella ciudad con vistas geniales y luces que bañaban un lugar hecho para todos, un lugar de esperanza y sueños y un hueco para todo aquel que deseara una vida en un sitio de oportunidades varias. Zootrópolis mantenía esa belleza intacta, no importaba cuántos villanos hubiera, nunca perdía ni un ápice de majestuosidad. Aunque no todo lo malo venía del factor maleante... También han llegado a sufrir algún desastre natural, causando algunas pérdidas económicas y materiales destrozados. Aun así, los residentes de Zootrópolis siempre encontraban la manera de salir adelante en las adversidades, apoyándose los unos a los otros, incluso si había cierto recelo desde algunos sectores de la población, tales como el miedo de las presas a los depredadores o los depredadores considerando inútiles a algunas presas. Pero, por suerte, sólo era un pequeño factor de la población, ya que la convivencia en esa ciudad siempre fue de las mejores. Aunque todavía la ZPD tenía aspectos que pulir en esa ciudad...
Una noche, la ZPD recibió una llamada de robo en una joyería, así que enviaron al dúo Nick y Judy para investigar. Tomaron esa llamada como algo bastante habitual, ya que solo eran hurtos bastante comunes, pero no significaba que dieran la vista gorda, siempre querrían acabar con ello... sobre todo, después de lo que vivieron ambos.
Judy es una conejita gris proveniente de Madrigueras, un pueblo a las afueras de la gran ciudad. Ella nació en el seno de una familia con amor y bastante cautelosa con todo lo que hacían. Rodeada de 275 hermanos, quería hacer algo más que simplemente cultivar zanahorias: Quería ser una policía en la gran ciudad y, como se ve, lo consiguió. Tras un duro esfuerzo y aliándose con Nick Wilde cuando éste no era más que un estafador. El zorro, ahora compañero de Judy, siempre fue un maquinador de planes, conseguía hacerse su dinero estafando a los demás... aunque él no siempre fue así. Tras ser maltratado, siendo un infante, en los scouts, por otros mamíferos de su edad, catalogados como presas, se deshizo de la idea de ser uno y dedicó su vida a hacer lo que la gente esperaba de él, que era ser sólo un zorro manipulador y poco fiable. Así era hasta que la optimista coneja le encontró y resolvieron el caso juntos, confiando el uno en el otro y siendo los mejores compañeros que hay en la ZPD. A día de hoy, siguen repartiendo justicia en la ciudad. El próximo caso les esperaba.
En el lugar del robo, había alguien con una capa y cubriéndose la cabeza con una capucha, haciéndole muy oscuro, mediana estatura, incluso ligeramente bajo. Nada se veía bajo su cubrecabeza, ni su especie, ni su color, pareciera que el traje estaba diseñado para esa figura misteriosa. Estaba revisando el robo, examinando los cristales y mirando alrededor, agachado. Miraba de un lado a otro, revisando posibles huellas o marcas que los ladrones dejaran cuando cometieron la ilegalidad. Al misterioso le intrigaba tal acto.
"Esto es muy interesante... parece que sabían cómo funcionaba este lugar y esperaron el momento perfecto para atacar..." Siguió revisando el lugar, mirando todos los trozos de los cristales que, extrañamente, estaban hacia el exterior. "Un golpe limpio, no se dejaron nada, se fueron rápido en la hora perfecta, justo cuando el guardia no estaba y no le daba tiempo a reaccionar. Me intriga la causa por la que los cristales están caídos hacia fuera... como si lo rompieran desde dentro." Lo pensó un rato. "¡Eso es! Entraron de alguna manera que tendré que investigar..." Estaba tan concentrado en la escena del crimen que no se dio cuenta de que un coche de policía llegó.
Judy y Nick salieron del coche según llegaron y desenfundaron las pistolas en cuanto divisaron a la misteriosa figura oscura en medio de la noche. Suponían que ese sospechoso era el autor.
"¡ZPD, alto ahí, ladrón! Levante las patas donde yo pueda verlas." La voz de Judy resonó por las orejas de la figura y las levantó, como si la conociera.
"Esa voz..." Susurró mientras levantaba las manos tras la advertencia de la coneja. Tras levantarse, tornó la cabeza ligeramente, intentando ver a los justicieros.
"No intentes nada raro..." Dijo Nick manteniendo el arma apuntando al posible sospechoso del robo de la joyería. "Si vemos un solo movimiento fuera de lugar, disparamos."
"Esperad... ¿Sois Nick y Judy de la ZPD?" Parecía que tenía cierta connotación de emoción tras hacerles la pregunta.
"Eso no es de tu incumbencia." Judy se mostraba reacia a las posibles buenas intenciones de aquel sospechoso.
"¿Cómo que no? ¡Os adoro a ambos!" Judy y Nick se quedaron sorprendidos, se miraron el uno al otro después de esa frase. La voz del misterioso encapuchado se envolvió de emoción, ni intentaba disimularlo.
"Casi nos la cuelas, ladronzuelo, pero no vamos a caer." Nick no se creía las intenciones del sujeto delante suya, por muy buenas que fueran.
El personaje misterioso se dio la vuelta, viéndose un hocico azulado. "No voy a oponer resistencia a vuestra detención a mi persona, pero deberéis saber que estaba investigando el robo." No bajó los brazos en ningún momento, temiendo por su integridad, aunque confiaba en ellos.
Judy se encargó de ponerle las esposas. "Vale... señor extraño... le llevaremos a comisaría para el interrogatorio."
El encapuchado no opuso resistencia y se metió en el coche, quedando Judy y Nick con cara de incredulidad, pero dispuestos a seguir con su trabajo como si no fuera distinto. Se habían encontrado demasiados locos en su corta carrera, así que estaban acostumbrados a esas extrañezas. Después de un tiempo en coche con un silencio que llenaba el vehículo, llegaron a la sede ZPD y llevaron al mamífero encapuchado a la sala de interrogatorios ante la mirada de algunos agentes curiosos por la llegada de un ser vestido con ropas tan oscuras.
"Bien, comenzaremos con unas preguntas sencillas, ¿entendido?" El misterioso personaje asintió a la pregunta de Judy. "Bien, si usted no es el culpable, ¿qué hacía en ese lugar poco tiempo después del robo?"
"Como dije anteriormente, me dedicaba a investigar quién fue el que lo causó... o quiénes..." El extraño sujeto se relajó mientras contestaba.
"¿Por qué tiene tanto interés en investigar?" Preguntó Judy, muy curiosa de las intenciones del sospechoso.
"Digamos simplemente que odio la injusticia." Una pequeña sonrisa agradable asomaba debajo de su capucha en cuanto lo mencionó.
"¿Podría...? Ya sabe... ¿Quitarse la capucha? Es una falta de respeto." Nick hacía gala de su parte más bromista, burlándose del interrogado.
"Tengo... algunos problemas con eso de mostrar mi aspecto exterior en un lugar como Zootrópolis." Tras decir esa frase los dos policías se miraron extrañados. El personaje misterioso parecía estar hablando en tono serio, su sonrisa desapareció.
"Aquí nadie le va a juzgar, somos policías, nuestro deber es servir y proteger, no juzgar." Judy intentaba amistarse con el encapuchado, debido a que notó que se sintió incómodo.
"Y de hacer de este mundo un lugar mejor... Lo sé, Judy..." Suspiró y habló de nuevo. "Está bien... os mostraré mi aspecto exterior... Preparaos." Se puso las manos en la capucha, lista para echarla hacia atrás. Nick y Judy quedaron sorprendidos tras ver lo que se reveló tras mostrar su cabeza a la luz...
(Para ponerle un aspecto físico, así se vería el zorro misterioso, pero con hocico azul y sin armas, solo oscuro y tapado)
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Alguien especial en Zootrópolis
FanfictionLlegó alguien nuevo a la ciudad de Zootrópolis. Pero no es un cualquiera, ha venido de otro lugar misteriosamente y sólo para preservar la paz en Zootrópolis, metiéndose a policía. Las aventuras llegan, es un nuevo personaje que es bastante distinto...