59.- Trabajo con calma

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Nick y Francine estuvieron hablando durante la patrulla en el distrito Sáhara porque, aunque apenas hubieran trabajado juntos, el zorro siempre intentaba seguir con su frase por bandera: 'Conozco a todo el mundo'. No podía dejar que esa reputación se fuera al traste.

"Por lo que me cuentas, McCuerno sigue a su manera. Parece que le cuesta extender las miras." Comentó Nick, encogiéndose de hombros.

"Ya lo sabes, le cuesta aceptar que los mamíferos pequeños podéis hacer más de lo que él cree." Francine bufó, frustrada. "Estoy harta de repetírselo, que no subestime a los pequeños, pero nada, es un cabezón."

"Tiene sentido, su cabeza tiene que soportar sus cuernos, ¿no?" El zorro aprovechó para soltar un chiste suyo, aunque no generó lo que esperaba, no hubo ni el más mínimo intento de risa por parte de la paquidermo.

"¿Tengo que soportar esos chistes tuyos? Menudo turno me espera..." Puso su pezuña en su propia cabeza.

"Tschk..." Nick sacudió la cabeza de lado a lado. "No sabéis apreciar mi humor."

Eso sí llegó a hacer reír a Francine. "¡Nadie se ha reído nunca de tus chistes!"

"El azulito y Zanahorias lo han hecho, me parece que el fallo no son ellos ni yo." Le dedicó una mirada picarona con una sonrisa de acompañamiento.

La elefanta no le hizo ni caso y siguió mirando a todos lados, vigilando la situación. Aun así, no fue ella quien captó algo... La oreja derecha de Nick se movió y se subió las gafas de sol, para saber de dónde venía el problema.

"Para, ya tengo a un criminal que arrestar." Francine decidió hacerle caso a pesar de no visualizar nada.

"¿No necesitas ayuda?" El zorro sacudió la cabeza cuando bajaba del vehículo. "Esperaré a tu llamada por si lo necesitas."

Nick dedicó una sonrisa de confianza a su compañera. "Todo controlado, sin problemas." Se dirigió a la calle de dónde venía el ruido y, al doblar la esquina, allí vio el problema: Un muflón estaba intentando robar el bolso a una lince roja, pero aún estaban forcejeando.

"¡No te lo llevarás, ladrón!" Siguió tirando la felina, mantenía sus pertenencias lo más fuerte que podía.

El criminal dio un tirón, pero ella no soltaba, hasta que la lince tuvo que evitar un cabezazo, momento que el ladrón aprovechó para llevarse lo robado.

"Vaya, vaya, qué mala suerte, ¿no crees?" Nick se plantó delante del muflón, con las esposas dando vueltas en su dedo. "Si eres tan amable de devolver el bolso, no estarás demasiado tiempo en la cárcel." Su sonrisa de confianza volvió a aparecer.

El herbívoro no se lo pensó dos veces y lanzó un puñetazo que obligó al zorro a esquivar. Procuró darle un cabezazo ahora que Nick estaba vencido, pero aún así falló... el zorro rodó fuera de su camino. El muflón comenzó a correr lo más que podía, pero Nick ni se inmutó.

"¡¿No va a detenerlo?!" Gritó desesperada la felina.

Nick se giró para contestar. "Mantenga la calma, le devolveré el bolso." Sin más dilación, empezó a andar tranquilamente por los callejones del distrito.

El ladrón ya se sentía seguro, no vio a Nick siguiéndole, pero igual no iba a parar de correr. Siguió adelante hasta encontrar un escondite... pero apareció una pata y el muflón cayó de cara al suelo. Le habían puesto la zancadilla y la caída fue bastante dolorosa. En un rápido movimiento, y antes de que el criminal se recuperara, Nick se puso encima y le esposó.

"Te lo advertí, ahora pasarás más tiempo a la sombra, a ver si aprendes a tomar consejos." Con seriedad y un poco de su humor, arrestó al muflón y se lo llevó al coche con una Francine sorprendida de haber atrapado a un criminal más grande que él estando solo.

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora