Alguien especial en Zootrópolis

46.- ¿El fin de los terroristas?

Según se oyó la fuerte explosión, Odin se cubrió los oídos por un corto periodo de tiempo hasta que se pudo recuperar. Levantó la vista y vio la sombra del jefe corriendo hacia el exterior por el agujero abierto.

"¡No te escaparás!" El lobo no dudó ni un momento y le siguió hacia fuera. El exterior estaba bañado por la oscuridad de la noche y algunas luces en medio de la escena de lo que parecía una guerra. Odin llegó tosiendo por el polvo inhalado de la explosión, pero mantuvo la compostura. "¡Ríndete! No tienes escapatoria, criminal."

El okapi sonrió y se dio la vuelta. "Ahora a los que tienen buenas intenciones contra los malos les llaman criminales." Se rio. "Y prefiero que me llame por mi nombre: Sawa Bankole, encantado de conocerle."

"No correspondo a su gusto por conocerme, terrorista. Ahora... ¡Entréguese!" Apuntó firmemente el arma al jefe herbívoro. "¡Tengo al terrorista atrapado, vengan aquí, Vaaranen y Connor!"

El militar seguía apuntando firme al criminal, sin cejar en su empeño, vigilando sus movimientos, esperando el más mínimo para dispararle. Por su parte, el okapi se mantuvo tranquilo, como si hubiera ganado, sin mostrar un ápice de miedo enfrente del coronel Odin. Según llegaban los compañeros militares, el lobo escuchó un motor en el cielo, algo moviéndose. Sin apartar en exceso la mirada de su objetivo, miró hacia arriba y vio un helicóptero acercándose.

"¡¿Qué demonios?!" Cogió su dispositivo de comunicación. "¡Cabo Howl!¡¿Qué hace un helicóptero sobrevolando esta zona?!¡No hemos pedido refuerzos aéreos!" Claramente estaba enfadado.

"¿Un helicóptero? El radar no me muestra nada, coronel. De haberlo visto, le hubiese avisado." El perro con ligero tinte azul se sorprendió. "Es posible que tengan un inhibidor de señal en ese vehículo."

Calmándose un poco pero no demasiado, Odin respondió. "¿Un inhibidor de señal?" Miró el transporte aéreo otra vez y avistó que les apuntaban con ametralladoras. "¡A cubierto!" Saltó tras una caja metálica rectangular. Sus compañeros hicieron lo mismo poco antes de que empezara a disparar. Según cesaron los disparos, intentó ver la posición del helicóptero. "Ahí está... Quizás podamos derribarlo..." Cogió su dispositivo de comunicación. "¡Soldado Meer, saque su artillería pesada!"

"¡A sus órdenes, coronel!" Según respondió, el suricato preparó su ametralladora pesada para disparar al vehículo agresor. Apuntó ligeramente y dispararon en su dirección. "Mierda. ¡Coronel, no puedo disparar sin riesgo a ser impactado!"

"Esto no es bueno..." Contestó a su soldado mientras las balas caían sobre ellos. Aún cubriéndose, se oían las balas chocando contra el suelo, paredes, cajas... no repararon en disparar a todo alrededor, pero nunca a Sawa Bankole, el okapi que sólo admiraba cómo los soldados estaban escondidos.

Los disparos no cesaban cuando el lobo oyó algo cayendo. Levantó su cabeza un poco y alcanzó a ver que arrojaron una escalera desde el helicóptero, ayudando el herbívoro a subir. Quiso sacar el arma y empezar a disparar, pero vio que mantenían el punto de mira sobre él. A las órdenes de Odin, el resto de soldados intentó disparar al vehículo o al criminal, pero con un resultado negativo, ya que ni siquiera podían apuntar. Parecía que los aliados del jefe terrorista tenían mil ojos, no tardaban en apuntar a quien asomara ligeramente encima de las cajas.

"No se puede escapar..." Odin preparó un plan. "¡Soldados, hagamos un ataque todos juntos al vehículo, todo o nada!¡A mi señal!" Sacó su arma y se disponía a levantarse. "¡3!... ¡2!... ¡1!" Cuando iba a bajar el brazo y empezar el ataque, una granada cegadora cayó, estallando y haciendo que todos acabaran desorientados junto a gritos de dolor. "¡Mis ojos!¡No veo nada!"

Todos se escondieron como pudieron y se restregaron los ojos para recuperar la visión. Cuando por fin pudieron ver, el helicóptero se escapó y el cabo Fletcher Howl no pudo detectar nada del vehículo aéreo. Con un gesto de rabia, Odin golpeó con el puño la caja que le sirvió de escudo temporal. Aun así, se levantó y guardó el arma, esperando al resto de su equipo. Nick y Judy aprovecharon para acercarse cuando vieron que todo terminó.