5.- La sorpresa

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"Así que..." exclamó el lobo, "está diciendo la pura verdad... Viene de otro mundo, el test antidroga dio positivo pero con restos del pasado lejano que tuvo... Todo encaja." Sopesó, acariciando la parte inferior de su hocico, llegando a una conclusión. "Creo que no tiene sentido hacerle más pruebas."

"Es sorprendente, nunca antes nadie había venido desde otro lugar tan distinto, ni mucho menos teniendo un aspecto tan diferente." Zere se quedó anonadado, con los ojos abiertos.

"Es un caso extraño, comandante, pero las pruebas han dado la verdad al zorro. Supongo que es hora de devolverlo a la ZPD."

Zere asintió y volvió a su posición, enfrente de los ordenadores para apuntar lo ocurrido en ese momento y cómo se desarrolló todo. Odin fue a la sala donde estaba Vol, quien ya estaba vestido de nuevo y sentado, para comunicarle las noticias. Entró y se puso cerca del zorro, con las manos encima de la mesa, mostrando la cara del papel, la que mostraba el resultado.

"¿Y bien?" Vol levantó la cabeza hacia el militar.

Odin carraspeó. "Las pruebas dicen que su versión es verdadera y le pondremos de camino a la ZPD. Aparte, le vamos a proporcionar un psicólogo debido a los problemas que sufrió y posibles dificultades que pueda sufrir en su estancia aquí. No se preocupe, encontraremos alguna forma de devolverle a donde vivía anteriormente."

Tras escuchar atentamente lo que el lobo le dijo, Vol se sintió entristecido, pero logró disimularlo. "E-Está bien, coronel. Lo que sea de ayuda, se lo agradeceré..." Algo pasaba que al zorro no le sentó demasiado bien. Sonrió pero sin el brillo al que acostumbra.

El zorro azul se levantó y ambos se dieron la mano y se despidieron, no antes de que el lobo le devolviera el carné de identidad. Vol fue escoltado por un soldado hacia fuera de la base, donde le esperaba un taxi en la puerta para llevarlo a la ZPD debido a que aún tenía que hacer declaraciones respecto al robo que estuvo investigando y en el que le pillaron en mal momento.

"Menudo marrón es todo esto... Ahora tengo que estar de vuelta a declarar..." Suspiró dentro del vehículo el apesadumbrado mamífero extraño en Zootrópolis. Todo lo que estaba viviendo por ahora mantenía su cabeza sumida, hundida en pensamientos negativos. Sentía que no podría encajar. Una vez más, se sentía perdido...

Después de un camino en silencio, el taxi dejó al zorro en la puerta de la comisaría, siendo escoltado por un agente hacia la sala otra vez, pero vacía en ese momento. Vol se sentó esperando para el interrogatorio de la extraña pareja. Volvió a ese lugar una vez más para acabar con el tema, ya que tenía claro que él no robó nada y que sólo intentaba hacer justicia a su manera. Tendría que convencer a ambos de la situación.

"Extraño que no haya nadie ahora... ¿Dónde estarán Nick y Judy?" Pensó Vol, mirando a la puerta, esperando a que ambos entraran, manteniendo fija su visión en la dirección donde aparecerían.

Al cabo de unos minutos, entraron los mencionados, con algunos papeles en la mano y listos para seguir con las preguntas, intentando conocer los motivos de su sospechoso. Volvían teniendo una conversación y alguna risa por parte de Nick, comentando alguna anécdota policial. Tras la conversación, se sentaron y tomaron su posición de interrogatorio.

"Bien, nos ibas a contar cómo sabes tanto de nosotros. Somos todo orejas." Judy mostraba su buena actitud y sonrisa de coneja para hacer más cómodo el lugar para el huésped.

"Sobre todo tú, zanahorias." Nick tomó ventaja y se burló su compañera, soltando una carcajada. Judy le dio un ligero codazo, lo que hizo sonreír y reír a Vol. El zorro azul se puso cómodo y procedió a contar la historia.

"Veréis... Estuve investigando un poco este lugar cuando estaba en mi mundo y conseguía encontrar detalles en los ordenadores de la biblioteca siempre que podía. Zootrópolis siempre me pareció interesante. Lo conozco por, precisamente, estudios que han demostrado la existencia de este mundo. Primero, fue de oídas lo que conocía de este lugar pero, investigando, encontré más información. Este lugar se veía muy pacífico y... un buen sitio para empezar de nuevo." Suspiró. "Lo que no sabía es que iba a caer en una especie de agujero negro y aparecer en la ciudad en la que quería estar. Pudo ser mi deseo de vivir bien y de empezar de cero. O pudo ser casualidad." Se encogió de hombros.

"Un momento, entonces, ¿tú de verdad querías venir a nuestra ciudad y nuestro mundo? ¿Somos tan famosos fuera de aquí?" Judy se enrojeció un poco de vergüenza.

"Siento decir esto, pero en verdad no os conocen mucho, sabían de la existencia de población en Zootrópolis, pero no específica. Yo pude encontrar algo de vosotros tras buscar y buscar y ver que habían conseguido una muestra de periódico de esta ciudad. Precisamente, ese recorte era tu éxito con un caso especial, Judy. vi que Nick te ayudó en ello, por eso os conozco." Vol sonrió a ambos.

"Uhm... Vaya, no sé qué decir." La coneja miró a un lado, todavía avergonzada.

"Venga ya, siempre tan valiente y sin pelos en la lengua y ahora te atascas con las palabras." Nick se burlaba de su compañera mientras Vol sonreía y soltaba una pequeña carcajada.

Judy giró la cabeza rápidamente para contestar. "¡Ya vale, Nick, parece que te gusta que te golpee!" Se burló del vulpino, con una sonrisa y continuando la broma.

"Vaya, parece que los dos tenéis una 'pequeña relación'." El zorro azul metió su baza en tono bromista, haciendo el gesto con los dedos y levantando ambas cejas con los ojos medio cerrados.

"¡Estrictamente profesional!" Los dos se enrojecieron cuando dijeron la frase al unísono, dirigiendo su mirada al provocador.

Vol se rio de la escena. "Bueno, después del buen momento, ¿qué es lo que me espera?"

"Como no hay pruebas incriminatorias, te dejaremos en libertad y podrás irte a tu casa, pero tendrás que hacerte una identidad en Zootrópolis y darnos tu número de teléfono y casa." Tras un rato de bromas, la coneja gris habló, en tono contundente pero suave, con el zorro extranjero ahí presente.

Al zorro azul se le vio incómodo, moviéndose en su silla a la vez que su cabeza se giró y sus ojos se desviaron, con cierta vergüenza. "Bueno, verás... yo..." Ambos policías le miraron.

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora