32.- Refuerzos emocionales

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"Maldita sea... Ahora, ¿qué harás?" El caballo le pateó el estómago, haciéndole quejarse y le dio la vuelta, poniéndole de cara.

"Ya sabes demasiado de este lugar y no puedo dejarte ir vivo. Te llegó la hora, zorro, no creo que te echen de menos. De un disparo a la cabeza no te salvarás." Cargó de nuevo el arma para preparar el disparo. "Has sido demasiado idiota al no saber actuar propiamente." Sonrió y Vol devolvió una sonrisa de confianza.

"Puede que sea un idiota... Pero soy un idiota con buenos refuerzos. ¡Ahora!" Cogió a Adrián y lo agachó. Un disparo preciso de Lone en la pistola de Lewis le desarmó. Judy y Nick dispararon dardos adormecedores en las rodillas del caballo, haciendo que cayera al suelo, momento que Vol aprovechó para alejar el arma del criminal. Adrián miró lo ocurrido con cierto terror en sus ojos.

"Bastardo..." Lewis insultó a Vol en el suelo mientras este se levantaba, aún con dolor.

"¿Te atreves a llamarme bastardo a mí, insensible pedazo de...?" Respiró hondo para calmarse. "Tienes derecho a guardar silencio." Le mantuvo los brazos en la espalda.

"Y... mantendré... silencio..." Tras esas palabras, cayó dormido. Los compañeros de Vol se acercaron a ayudarle con Lewis y Adrián. El pequeño estaba en shock mientras Nick ponía las esposas al caballo dormido. El zorro azul empezó a comandar a sus compañeros.

"Adrián, ve con la conejita, ella te llevará a algún sitio seguro." Después, giró la cabeza a su homólogo. "Nick, ¿puedes ayudarme con el criminal?"

"Por supuesto, no soy un debilucho." Sonrió ante la gracieta. Adrián se fue a los brazos de Judy, buscando algo de confort, lo necesitaba tras lo ocurrido. Lloró un poco cuando la coneja le abrazaba y le acariciaba la cabeza. Mientras, Nick y Vol cargaron a Lewis en el coche para llevarlo a comisaría, lo sentaron en la parte trasera, Judy cubriendo a Adrián, puesto que al pequeño le daba miedo el caballo, aun estando éste dormido. El trauma era muy grande, lo que vivió y sufrió cuando estuvo allí, sin la compañía de su hermano. Vol cogió la radio de mano para informar a Bogo.

"Jefe, envíe refuerzos lo antes posible al 72 de Savanna Central, piso 2ºA. Hay actividad de más criminales, aparte de más menores encerrados allí. Adrián está a salvo y llevamos a un criminal."

"Entendido. Enviaremos una patrulla a ese edificio de inmediato."

Vol estuvo a punto de cerrar la comunicación cuando se le ocurrió otra idea. "Jefe, llame a Luke Henry, es posible que él decida qué hacer con Adrián."

"Entendido. Según corte la comunicación, llamaré a Luke Henry. Buen trabajo." Tras las palabras, cortó la comunicación.

Judy se preocupó del estado de Adrián, tanto que dejó conducir a Nick y se mantuvo al lado de la pantera. "¿Estás más tranquilo, Adrián?"

El pequeño miró a la coneja policía, aún temeroso y con los ojos acristalados. "S-Sí, señora coneja. ¿D-Dónde me llevarán a-ahora?"

"A la comisaría de Zootrópolis, allí te esperará alguien que a lo mejor conoces y quieres. Y puedes llamarme Judy." Sonrió queriendo darle sensación de seguridad. La pantera encontró confusas sus palabras.

"¿M-Mi hermano?"

Los zorros se miraron cuando oyeron al joven felino nombrarlo. A Vol se le caía el alma sólo pensar en su reacción cuando descubriera la verdad pero, aun así, se apresuró a ayudar a su compañera en la situación tan peliaguda en la que se encontraba.

"Se trata de tu primo Luke, tiene ganas de verte." Sonrió con un poco de actuación.

"Y-Yo también q-quiero verle." Se secó las lágrimas y asomó la alegría por su pequeña boca. Todos respiraron aliviados, pues no encontraban cómo decirle la noticia a un alma tan joven y esperanzada como la de esa pantera de 9 años. Si Vol quiso llamar a Luke, fue por un buen motivo: Tenía el conocimiento de la mente mejor que él mismo, el conocimiento de los sentimientos. Quizás pensaba que podría ayudar.

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora