27.- Empieza algo nuevo

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Era la mañana siguiente, después de haber pasado por aquel duro momento intentando ayudar a Mark, quien fue llevado al hospital tras el disparo de alguien no identificado aún. Otra misión tendría que ser proteger a Adrián, pero aún tenían que descifrar su paradero. Vol no durmió excesivamente bien, si bien es cierto que Judy le ayudó a sentirse mejor, no fue suficiente para que el zorro azul pudiera dormir a gusto y sin problemas. Siguiendo el procedimiento, Vol se levantó con algo de sueño acumulado y se dedicó a ir a la cocina para preparar el desayuno para los tres, con la sorpresa de que la coneja y el zorro ya lo estaban haciendo por él. Cuando los vio, abrió los ojos sorprendido y se limitó a sentarse.

"No necesitabais hacer esto por mí, podía hacerlo yo." Mostró una sonrisa, sin mucho ánimo, muy apagada.

"Sabemos que no tuviste un buen día ayer, así que hemos decidido hacerte el desayuno hoy." Sonrió cálidamente la apacible coneja.

Vol se puso de pie rápidamente, con las manos en la mesa. "Pero he de saber superar estos baches, Judy, si no puedo, entonces no valgo como policía." Suspiró profundamente.

"No puedes evitar estar afectado, cualquiera lo estaría en esa situación, así que no te preocupes." Sonrió Nick ligeramente. "El hecho de que quieras superarlo, muestra que tienes voluntad para olvidar lo que pasó."

Vol bajó la cabeza y se sentó de nuevo. "Tienes razón, supongo que un día en el trabajo me mantendrá distraído. Desayunemos y vámonos." Sonrió un poco a su estilo.

"Esas prisas, que aún no hicimos el desayuno, no seas impaciente." El carismático zorro se mofó de él.

"¿No me digas que no tienes ganas de saber qué nos espera hoy?" Dijo el vulpino azul con el humor algo mejorado y un tono más alegre.

"Sí, pero con calma, que estás muy acelerado." Nick sonrió descaradamente, con los ojos medio cerrados.

Según terminaron las bromas, se dispuso el desayuno matutino para los tres, preparados para un largo día en el que algo nuevo esperaría para los agentes. Aunque esta vez, el desayuno no fuera preparado por el zorro azul, seguía habiendo esa esencia en la cocina. El rico olor a un café molido, junto a unas tostadas perfectamente hechas, ni muy quemadas ni poco hechas, estaban en su punto, condimentando un desayuno adecuado para el comienzo de un gran día. No dejaron apenas nada en los platos, sólo llegaron a dejar migas de las tostadas. Una vez terminaron, Vol recogió los platos y los fregó cuando sus compañeros se dirigían a prepararse para ir a la ZPD. Cuando acabó, el zorro azul se dirigió a prepararse también lo más rápido posible, apenas perdiendo minutos. Estaba listo antes de lo que sus compañeros esperaban, lo que hicieron que miraran a Vol sorprendidos de su rapidez a la hora de ponerse a punto. Ya estaban completamente listos para ir directos a la comisaría, donde esperaba algo nuevo, aparte de Ryan, bien cuidado por Clawhauser mientras la investigación del caso de los menores continuaba.

Entraron por la puerta, con un saludo del leopardo, quien hablaba con el canguro distendidamente, totalmente calmados. Los tres se acercaron a ellos.

Vol habló con una sonrisa natural dibujada en su cara. "Parece que os lleváis muy bien."

Clawhauser asintió rápidamente. "¡Sí! Tiene unos gustos parecidos a los míos, es bastante sensible también." Sonrió con una felicidad palpable y radiante.

Ryan rio tras ver al leopardo actuar de esa manera. "Bueno, prefiero que siempre me vean como alguien un poco más duro."

"Creo que tengo que conocerte más a fondo, Ryan, sólo te pregunté por tu pasado y podríamos haber charlado de alguna cosa más normal y menos triste." Sonrió el zorro azul con la misma respuesta del canguro.

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora