Alguien especial en Zootrópolis

23.- Acciones inesperadas de un desesperado

"Verás... Vol, yo nunca fui controlado por el que nos convenció, fingí serlo para escapar de mi madre adoptiva. Él nunca supo que yo estaba controlado y nos mandaba robar lo que podíamos de los demás mamíferos. Era alguien extraño, se concentraba mucho en manipularnos mentalmente a todos los niños para robar sin sentir culpa. Recibíamos control constante, por una parte, los auriculares, por otra parte, sus palabras. Aun así, pude ignorar sus intentos de controlarme, pude fingir que lo hacía y tener control sobre mis acciones, hasta el punto de no haber robado."

Vol se sorprendió ante la declaración de no ser culpable de dichos robos. "Pero... te pillé robando a ese inocente, ¿cómo que no robabas?"

Ryan mostró una sonrisa. "Es verdad que le quité la cartera, pero lo que yo hacía normalmente era coger el contenido y falsificarlo, que pareciera real para poder dárselo a aquel desconocido. Lo conseguía gracias a una comadreja que me ayudaba, a cambio de algunos trabajos para algunos a los que él debía dinero. Después, yo les devolvía la cartera y el contenido, incluso los teléfonos móviles sin que ellos se enteraran."

"Era Duke Comadríguez..." Pensó Vol y volvió a mirar a Ryan. "No es que no confíe en ti pero... ¿cómo se puede comprobar que lo que hacías era tal y como dices?"

Ryan sacó una de las copias guardadas. "Billete con número de serie, no es real, podemos buscar a quien le 'robé' y verás como coincide. El número de serie es individual para cada billete, así que solo habrá uno."

Vol le miró directo y mostró una sonrisa verdadera tras verlo, ladeando la cabeza, relajado y con los párpados superiores bajados. Confiaba en lo que le contaba. "No hace falta más, te creo." Suspiró alegre y miró hacia delante. "La verdad, eres muy majo, me caes muy bien."

La cara de Ryan se iluminó de felicidad ante la afirmación del zorro. "¿De verdad?" Vol asintió, con una sonrisa amplia. "T-Tú también me... me caes bien." Dijo mientras se reía avergonzado, haciendo que Vol soltara una risita. Ambos estaban disfrutando del ambiente y de las conversaciones cuando Judy vino por detrás de ellos mientras estaban sentados en el banco.

"Parece que os lo pasáis bien, chicos."

Vol saltó del susto. "¡Hey!¡Me has asustado!" Carcajeó al saber quién era.

"Lo siento, parecías vulnerable." Judy soltó una risita traviesa a la reacción de su compañero.

"¿Qué te trae por aquí?" Vol preguntó, mirándola y ladeando la cabeza, curioso por la presencia de la coneja.

"Volvía de un encargo de Bogo y os vi en el parque. Quería ver qué estabais haciendo, y veo que disfrutando de un buen tiempo aquí."

"Sí, Ryan quería salir, se lo dijimos a Bogo y él le convenció. ¡Ah! Por cierto..." Se turnó a Ryan. "Esta es la coneja que me ayudó."

"H-Hola..." Ryan contestó con una voz baja y tímida y no miró a Judy por vergüenza.

Judy levantó su mano a modo de saludo y la agitó. "Hola... ¿Ryan?¿Es tu nombre?"

"Así es, tiene que coger confianza para hablarte, por lo que parece." El zorro sonrió cuando respondió a su compañera.

"Oye, ¿podemos hablar en privado un momento?" Preguntó la coneja, a lo que Vol asintió, girándose un momento al canguro.

"Ryan, espera un momento aquí, ahora volvemos." Él respondió asintiendo, dando a entender que captó el mensaje. Luego se alejaron un poco del parque, teniendo al marsupial en su línea de visión "¿Qué pasa, Judy?"

"He visto que estás confraternizando con ese joven mamífero. Confía mucho en ti." La sonrisa conejil no se hizo esperar, le gustaba ver la cercanía y bondad de aquellos a los que ella apreciaba.