10.- Acción en San Valentín

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(Antes de nada, este capítulo lo hice el 14 de febrero, por eso lo de San Valentín. Espero que os guste)


Una vez apuntado y listo para empezar, esa misma tarde le tocaba a Vol ir al psicólogo por primera vez para librarse de su pasado y de los fantasmas que le atormentaban. Parecía que todo estaba yendo bien en esa mañana tan bonita de San Valentín, un 14 de febrero que siempre se tornaba especial.

Vol se fue a comer solo al apartamento, esperando la hora en la que tendría que ir al psicólogo. Después de preparar su delicioso alimento y comer hasta saciarse, se sentó en el sofá hasta que llegara la hora, refugiándose en sus pensamientos y meditando, respirando lenta y profundamente, sintiendo una calma que invadió su cuerpo por completo. Cuando se acercó el momento, se levantó y se dirigió al exterior, viendo cómo todo estaba con un ambiente muy enamoradizo, listo para esas parejas que estaban deseosas de tener un día para hacer ver ese amor florecido entre ellos. Todo tenía un ambiente muy rosado y con corazones casi en cualquier esquina, parejas de todo tipo estaban cogidas de la mano y robándose besos cada vez que tenían oportunidad, o hacer valer una excusa para juntar los labios con los de su amor. A Vol le sorprendió las decoraciones, todo estaba colorido y alegre, algo que nunca experimentó. A su vez, sintió que le faltaba algo, que una parte de él no aparecía, y es porque veía que era el único sin pareja... ¡Hasta Nick y Judy tendrían planes después del trabajo!

Tan sólo pensaba en que querría tener a un mamífero que le completara y acompañase. "Quítate esa idea de la cabeza, ¿quién va a amar a alguien que tuvo un pasado malo, que es distinto y además con intención de ser policía? Olvídate." Pensó Vol intentando autoconvencerse. Hay algo con lo que el zorro azul no contaba: En alguna parte hay alguien para cada uno.

Después de andar un tiempo por las calles repletas de amores y decoraciones, Vol llegó al psicólogo, mucho antes de la hora, quería hacerlo ya y olvidarse por el resto del día. Al entrar en el edificio, no había ninguna decoración, cualquiera diría que viven en otro momento del año, solo paredes blancas con algún cuadro de pintores famosos que adornaban la vista pero no la recargaban. Una cebra recepcionista estaba sentada, chequeando a los que entraban.

"Oh, usted debe ser Vol Jiménez. Llega muy pronto, por suerte, el doctor está terminando. Le avisaré que usted es el siguiente." La recepcionista mostró una sonrisa para que sintiera cercanía y calidez.

"De acuerdo, muchas gracias." Esperó sentado viendo como la cebra llamaba a la puerta del doctor que le iba a atender. El zorro azul miró un poco el interior de aquella planta, había poco que destacar, se notaba que era un sitio serio, pero sí pudo notar una planta con flores de color rosa cuya fragancia era perfectamente notable, ambientando el lugar con un delicioso olor fresco. El alma de quien la oliera entraría en un estado de pura y absoluta paz, sin preocupaciones.

Al cabo de unos minutos esperando y viendo como el anterior paciente salía, el doctor llamó al zorro. Al entrar, Vol vio las titulaciones del doctor, el cual era un perro, raza Beagle, con unas gafas simplemente bajadas ligeramente. Su atuendo no era extraordinario: Una simple bata blanca y un collar, que parecía ser un regalo, con el nombre Clark. En su mano, llevaba un cuaderno al que no dudó en pasar la hoja en cuanto Vol entró a su consulta.

"Saludos, señor Jiménez, ya me han contado su caso y estoy listo para poder solucionar tus problemas. Empecemos por lo básico: Cuéntame un poco de ti." El perro se sentó, preparado para apuntar las declaraciones de Vol.

"¿Qué puedo decir? Soy un zorro azul criado en un seno de zorros que todos considerarían 'normales' en cualquier lugar." Remarcó haciendo el gesto de las comillas con sus dedos cuando dijo 'normales'. "Sí, ellos son naranja cuando yo he sido azul toda mi vida. He tenido unos padres que me lo han dado todo siempre que han podido y unos hermanos que me trataron horriblemente."

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora