17.- Prohibido rendirse

87 4 0
                                    

Años atrás, en el mundo de Vol...


Vol se dirigía a su casa después de haberlo pasado mal en el colegio, en su más tierna infancia, con 10 años de edad. Volvía triste y con una cara que denotaba que estaba ya muy cansado de todo. Una y otra vez abusaban de él sólo por su distinción, recibía palizas casi a diario, sus padres no sabían qué hacer, siempre le encontraban heridas de alguna u otra forma y lo intentaron todo. Vol sólo quería que acabase la tortura. En cuanto volvió del colegio, entró en casa y se dirigió a su habitación, cabizbajo y otra vez magullado. Los padres de Vol, Ferdinand y Patsy, dos zorros con cierta edad y experiencia, se dieron cuenta de cómo estaba él y se dirigieron a su habitación para hablar. Ferdinand entró y se sentó junto a su pequeño mientras que Patsy sólo contemplaba desde la puerta. El zorro mayor, al igual que su mujer, eran naranja, nada que ver con su hijo. No tenía mechón de pelo y vestía una camisa remangada blanca con botones y unos pantalones vaqueros largos. La hembra tenía el pelo rizado del mismo color que el resto de su cuerpo, usaba gafas, una camisa de tirantes amarilla y pantalones cortos negros.

"Hijo, ¿qué ha pasado?" Preguntó el padre.

Vol le miró con lágrimas en los ojos. "Todos los días lo mismo, estoy harto, ¿por qué sufro esto? Soy distinto y raro..."

"Puede que no seas como nosotros o como ellos, pero eso te hace más especial, recuérdalo, pequeño." Ferdinand le puso la mano en la cabeza al pequeño y dolido zorro azul.

"Distinción... ¿para que me peguen más?¿Es eso para lo que sirvo?¿Nada más?" Su cara denotaba rabia y tristeza juntas mientras hablaba.

"Tú vales mucho más, cierto que esto es horrible de soportar, pero en el futuro, te verás que lograste superar este gran obstáculo. Puedes y lo lograrás, porque eres fuerte."

"No lo soy... No quiero más de esto." La desesperación se presentó en su cara por lo que estaba viviendo todo el tiempo.

"Vol..." Le cogió levemente de los hombros y le miró directo. "Mírame a los ojos." Vol clavó los ojos en su progenitor. "Eres fuerte, hijo mío, vayas donde vayas, siempre estaremos contigo. Está prohibido rendirse, recuérdalo. Si te rindes, nadie podrá ayudarte, si sigues luchando, encontrarás lo mejor. Sigue y no te rindas jamás... Hazlo por ti y por nosotros, nuestro pequeño zorro azul sentimental." Las palabras del zorro mayor le caló de lleno en el cerebro.

Después de la intervención de su padre, Vol se frotó la nariz y tuvo una mirada más decidida. "No me rendiré. Jamás."


En el presente...


Judy era un mar de lágrimas mientras estaba al lado de su compañero tendido en el suelo. "No te vayas, Vol... Sigue con nosotros... Por favor... ¡Abre los ojos!"

Vol poco a poco despertó abriendo los ojos y habló con un tono débil. "¿J-Judy...?¿N-Nick...?" Los dos abrieron los ojos de sorpresa y alegría.

"¡Te has despertado!" Judy no esperó y abrazó al zorro que, hace poco tiempo, estaba inconsciente.

El zorro azul gimió un poco de dolor en cuanto la coneja le abrazó. "Yo también... me alegro de verte pero... no aprietes mucho que... me duele el brazo derecho." Sonrió.

El abrazo se deshizo en cuanto su compañero lo mencionó. "Lo siento, lo siento." Se secó las lágrimas y esbozó una sonrisa.

"Pensábamos que estabas... ya sabes..." Nick todavía estaba en shock, ni siquiera esbozó su sonrisa.

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora