8.- El comienzo

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Tras dormir a pierna suelta, el despertador sonó para Judy y Nick. Fue la coneja la que se levantó antes que su compañero, frotándose los ojos con algo de somnolencia y con un pijama azul con pequeñas zanahorias para dormir. Después de levantarse, se dirigió al salón donde dormía Vol para ver como estaba tras su noche y, para la sorpresa de la pequeña Judy, el zorro azul no se encontraba en el sofá donde estaba durmiendo, la manta que lo cubría simplemente estaba arrugada, como si se hubiese ido rápido del lugar.

Judy abrió los ojos de sorpresa y se puso cabizbaja. "¿Se ha... ido?" No le cabía en la cabeza que se fuera tras la actitud que mostraron con él.

Nick aparecía en escena adormilado, pero notó que su compañera estaba entristecida. Rápidamente vio que Vol no estaba y le puso la pata en el hombro a la pequeña de pelaje gris. "Estas cosas pueden pasar, Zanahorias, yo también tenía confianza en él." La decepción en su voz no pasó desapercibida, pensando en que podría haber juzgado mal al zorro que conocieron.

"Pero parece que se fue sin más... Yo pensé que le caímos bien." Suspiró la coneja, con aires decaídos y poniendo sus pequeñas manos en su pecho.

"Puede que solo fuera-" Antes de que Nick terminara su frase, un olor agradable acompañado de un ligero ruido le alertó. "¿No hueles algo?"

Judy aspiró con su nariz rosada cerrando los ojos, intentando identificar lo que era. "Sí, huele delicioso... Viene de la cocina."

Los dos se dirigieron al lugar de donde provenía el olor. Su sorpresa fue mayúscula cuando vieron que era Vol preparando el desayuno, de espaldas a ellos y tarareando una canción mientras preparaba la mañana del día.

El zorro azul les miró con una sonrisa según se dio la vuelta. "¿Ya por fin despertasteis?" Soltó una risa. "Me parecía que debía prepararos el desayuno tras lo bien que os habéis portado conmigo."

Judy le miró sorprendida y con los ojos muy abiertos. "Pensábamos que te... fuiste." Se sintió mal tras mencionar las dudas que le surgieron sobre el invitado.

"Si me fuera, hubiese dicho algo o dejado una nota," aún no borró la sonrisa de su cara, "además, ¿por qué me iría de donde he recibido mucho cariño?" Guiñó el ojo a ambos y siguió a lo que estaba. "Tomad asiento, no os preocupéis, ahora os pongo el desayuno."

Nick y Judy se sentaron en la mesa de aquella cocina que, aunque no era muy grande, estaba muy bien decorada en lo que azulejos se refiere, algunos con flores y simplemente colorido sobre un fondo amarillo. Al ser aún madrugada, la luz estaba encendida, la cual realzaba los colores y daba una bonita intensidad a la iluminación del lugar. La cocina se había llenado de olor a café y un ligero toque a tostada, con algo que parecía ser frutal. Tanto Judy como Nick empezaban a sentir hambre de esos olores tan ricos que estaba preparando el azulado zorro.

Por fin, Vol apagó todo excepto un fuego que había dejado para seguir haciendo algo más. Cogió la bandeja y sirvió los cafés a ambos mamíferos que esperaban, quienes le miraron impresionados y anonadados. No sabían cómo responder a la situación presentada ante ellos.

"Un buen desayuno: Café y unas tostadas para los anfitriones. Y eso no es todo, estoy preparando una mermelada que me enseñó a hacer mi madre cuando vivía allí." Sonrió y volvió a la encimera para terminar el producto que estaba haciendo.

"Bueno, las vueltas que da la vida... Pensábamos que se largó y fíjate, nos ha preparado un desayuno increíble y de buen olor." Dijo en voz baja un zorro algo bromista a su compañera.

"Honestamente, me siento fatal por lo que pensé sobre él." Judy miró hacia abajo avergonzada, pensando en lo que había pasado.

Vol les escuchó mientras seguía preparando lo último que faltaba para completar la presentación. "Judy, no te sientas mal, entiendo perfectamente que lo sospechases, al fin y al cabo, soy alguien desconocido." Paró de remover un momento, bajando la cabeza, pero volvió a levantarla y se giró hacía la mesa. "Pero te puedo asegurar que yo no sería capaz de hacer eso. No te sientas avergonzada, no me lo tomé mal." Sonrió cálidamente hacia la coneja quien, al ver la reacción del zorro, se puso de mejor humor, mostrando su sonrisa.

Tras unos minutos preparando la mermelada, Vol apagó el fuego y cogió un recipiente para guardarlo. Sirvió el recipiente en la mesa, parecía que la mermelada tenía un tono rojizo oscuro, pero tenía muy buen aspecto para tomarlo con las tostadas, un buen complemento para un desayuno.

Vol ofreció servirlo. "¿Queréis un poco en las tostadas?" Los dos respondieron positivamente, tras lo cual, Vol untó la mermelada con una cuchara en las tostadas. La textura parecía pegajosa pero no demasiado, lo justo para que se quedara untado. Después de ello, ambos le dieron un bocado y saborearon la receta culinaria del zorro azul con unas expresiones de placer. Sus papilas se llenaron de una sensación fresca y frutal, dulce y suave. No podía saberles mejor aquel producto.

"¡Esto está delicioso!" Los ojos de la coneja brillaban, sintiendo que había probado el mejor complemento que había existido. "¿De qué es la mermelada?"

Vol contestó con una sonrisa. "Frutos rojos, que incluyen arándanos, moras, fresas y grosellas. Es una mermelada dulce y con mucho sabor, condimentando perfectamente un desayuno."

Tras oír el discurso de su inquilino, Nick levantó una ceja. "Pareciera que nos vendes el producto." Se rio después de la broma. "A ver si tu trabajo va a ser vendedor de productos en vez de policía."

Vol se carcajeó de las palabras de Nick. "No nací para eso, quizás para muchas otras cosas sí, pero no para eso." Hubo risas por parte de sus huéspedes también. Fue una buena mañana después de todo, entre las bromas y el desayuno, con alguien más entre ellos que parecía ser muy fiable.

Vol se fue a prepararse ante la mirada de extrañeza del zorro y la coneja, quienes vieron que no desayunó, ni siquiera un sorbo a una taza de café o un mordisco a las tostadas.

Judy tenía dudas de porqué no tomó nada. "¿Tú no desayunas?" Ladeó la cabeza.

Vol se giró y sonrió. "Oh, yo ya desayuné antes de preparar el vuestro... Sí, me desperté bastante pronto para poder hacer todo a tiempo."

"Parece que eres organizado, algo raro en un zorro, junto con el conocimiento culinario." Nick se mofó del inquilino junto a su típica expresión, sonriendo.

Vol se rio, siguiendo la broma. "¿En qué soy normal? Pelaje distinto, conocimientos culinarios y organización... Creo que no parezco un zorro para nada." Se notaba muy buen humor en él. Aquellos mamíferos que le acogieron le dieron felicidad y compañía, algo que echaba en falta después de tanto tiempo solo.

Después de conversar, todos se dirigieron a prepararse para afrontar el día que les esperaba: El zorro y la coneja, al trabajo, el nuevo, a apuntarse para ser policía y una sesión de psicólogo por la tarde. Vol sentía que, por fin, encontró un hogar, un sitio con cariño por todas partes. La pregunta era si ese zorro venido de otro lugar estaba preparado para afrontar lo que sería trabajar en la ZPD, con su riesgo y dificultad para tomar decisiones. Su mente es frágil, pero ha pasado por muchas cosas como para venirse abajo a las primeras de cambio. Sólo el futuro dirá si está listo para ello y si puede dejar sus demonios escondidos en una jaula de titanio, combatir sus miedos y afrontar lo que tenga que venir. El día empezaba, un día como otro cualquiera para Nick, Judy y algún otro más... pero para Vol empezaba una nueva vida en esta madrugada en la que intentaría encontrar su sitio de una vez por todas y demostrar que vale mucho.

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora