35.- Un día militar

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En la base militar en la que se encontraban el coronel Odin, el comandante Zere y el capitán Texsly se recibió la investigación que hicieron Judy y Nick con respecto a los terroristas, ya que el resultado se tornaba más extenso sobre ellos y eran más de lo que parecían. Según llegó el fax, el lobo coronel lo recogió y examinó cada palabra.

"Así van las cosas... No son 'simples terroristas', esto es mucho mayor. Tenemos que tomar cartas en el asunto." Llamó a sus compañeros más cercanos, el mapache y el canino, quienes se presentaron ante él, saludando de manera militar.

"Nos ha llamado, ¿cuál es el problema?" Zere, el perro blanco de manchas azules, sentía curiosidad mientras mantenía el porte.

Odin presentó el papel frente a ambos fineses. "Estamos ante un problema mayor con respecto a los terroristas que estábamos investigando. Los policías de la ZPD nos han ayudado y hemos descubierto el pasado de Coleman el erizo y de Pol el castor, el compañero que siempre va con él, aunque no es extenso y no arrojan luz sobre todo el asunto. Aun así, parecen haberse unido a ese grupo con una ideología un poco extremista... contra los depredadores."

"¿Algo así como Bellwether y su deseo de que las presas dominaran a los depredadores?" Preguntó Texsly.

Odin asintió. "En efecto, capitán, quieren que los depredadores sean sumisos, así tendrían el control."

"Se nos pasó por alto su pasado, ¿cómo no pensamos en ello antes?" Zere no lo entendía del todo.

Odin miró directo a su compañero. "Por eso investigamos cada pequeño rastro del pasado de un criminal. Esos dos no trabajaron en su vida y, por supuesto, nadie tenía sus fichas. Ahora está en nuestras patas y en las de la ZPD saber qué son capaces de hacer. Mantenedme informado."

Texsly y Zere asintieron y se dirigieron fuera. Odin se giró hacia la ventana tratando de buscar alguna idea contra los terroristas. Aquel lobo que lideraba un escuadrón, en alguna de las batallas que tuvo que librar, su ojo izquierdo sufrió una pequeña cicatriz de las guerras en las que estuvo aunque, por suerte podía ver, la cicatriz era evidente. Lo bueno de dichas guerras, si se puede sacar algo bueno de esas situaciones, es que le dio experiencia para tratar con terroristas y enemigos de mucho nivel. Pensaba en lo que podrían hacer para combatirlos y hacer llegar a Zootrópolis la paz tan deseada. En medio de sus pensamientos, un soldado entró llamando a Odin. El aspecto del soldado era de felino, un lince rojo.

"Coronel, señor, hay nuevos reclutas que acaban de llegar al escuadrón de Zootrópolis."

Odin se dio la vuelta, sin sonrisa alguna, después de todo, era conocido en su pelotón por no sonreír demasiado. "Así que... sangre nueva. Vamos a ver de qué están hechos." Caminó hacia la sala principal. Allí estaban escoltados un par de nuevos soldados. Uno parecía un perro con el pelaje blanco con un ligero tinte de azul claro y el segundo soldado era un suricato, ambos presentes para unirse al ejército que mantenía la paz en Zootrópolis de las guerras que pudieran venir. El coronel avanzó hacia el perro y le ordenó que diera un paso adelante.

"¿Cuál es su nombre y su función, soldado?"

El canino avanzó y mantuvo la pose de respeto. "Me llamo Fletcher Howl, soy encargado de la localización y comunicación sobre nuestros enemigos. El rastreo y la detección son mi punto fuerte."

Odin lo entendió y asintió. "De acuerdo, soldado Howl, se encargará de localizar vía radio y de detectar a los enemigos que se nos presenten en un sitio cerrado." Caminó hacia el suricato después. "Dime soldado, nombre y especialidad."

El suricato avanzó, sólo era un poco más pequeño que el soldado Howl. "Mi nombre es Kodi Barnes, de apodo Meer. Soy un especialista en ametralladoras y llevo cinco años de experiencia a mis espaldas."

Alguien especial en ZootrópolisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora