Alguien especial en Zootrópolis

56.- Maneras de lidiar

Ya era de noche y Nick y Judy terminaron su cena y ya estaban emprendiendo el camino de vuelta al apartamento. Ambos estaban llenos y caminaban a su paso habitual, después de todo no era demasiado tarde y no tenían prisa. Por supuesto, empezaron a hablar.

"Estoy totalmente llena... Todo estaba delicioso." Con placer, Judy comentó.

"Admítelo, si no fuera por mí, probablemente cogerías cualquier restaurante que no conozcas." Sonriendo a su manera, Nick decidió provocar a la coneja.

"¡Sé buscarme la vida, muchas gracias!" Replicó Judy.

Todavía no se quedó satisfecho y Nick continuó. "Para ciertos momentos y casos me necesitas para que te guíe."

"Sigue creyéndote eso, algunas veces me necesitabas a mí."

"¿Yo? Debió ser algún sueño tuyo."

Ahora era la coneja la que decidió esbozar una sonrisa maléfica. "Aún te recuerdo diciendo 'Oh, Zanahorias, esto es imposible', también 'Estoy atascado con esto, necesito ayuda.' O quizás..."

Nick le paró. "Vale, vale, pero solo un par de veces, no necesité más." Derrotado, suspiró. "Tengo mis recursos también, ¿sabes?"

"Ya, claro..." Después, Judy lo pensó. "Quizás solo me llamas la atención porque me quieres y no soportas que no te hable." Aún tenía ganas de seguir provocando al zorro.

"Pfft. Eres tú la que no soporta pasar tiempo sin mí." Sonrió de nuevo ampliamente. "Pero qué se le va a hacer, sentimiento mutuo lo llaman."

"Lo sabía." Judy se acercó y ambos se miraron a los ojos, parando un momento de caminar. Se quedaron con los ojos pegados el uno al otro, abrazados... pero se destrozó cuando Judy percató una voz.

"Me los encuentro en todos sitios... pesados..." Se giró y vio al mismo cerdo que no paraba de hablar de ellos en la cena, acompañado de un taruca que podía ser un amigo.

Esta vez, la coneja tuvo suficiente. "Se acabó." Nick suspiró profundamente y, al paso al que iba Judy, él iba detrás. La coneja se acercó, ya enfadada, a ambos para recriminar. "¿Algún problema con que nosotros tengamos la relación como queramos?"

El porcino dio la cara por primera vez en la noche y, sin sentirse intimidado, respondió. "Un depredador y una presa no pueden estar juntos de esa manera, ese es el problema."

Eso enfureció a Judy. "Entonces es tu problema, no nuestro. Si te molesta, mira a otro lado, tenemos derecho a estar juntos como tú tienes derecho de andar por la calle."

"Podéis tener el derecho, pero no significa que sea algo natural." Replicó el cerdo. "Tiene que ser una relación entre la misma especie."

"Calla y vámonos." El taruca, sin mostrar un ápice de felicidad, habló a su amigo. "Déjate de líos."

Nick se adelantó a su compañera a contestar. "¿Sabes? Esas cosas normalmente las suelen decir los que no tienen éxito en el amor. No les gusta ver que otros se lo pasan bien y tienen que boicotear esa alegría." Suspiró, pero con intención de provocar la reacción del porcino. "Es una lástima tener esa mentalidad, pobre tristeza la tuya."

El cerdo frunció el ceño, Nick lo consiguió. "¡Qué tonterías dices! Perfectamente he tenido novias de mi misma especie y he sido feliz. Algo que dudo mucho que tú tuvieras, zorro."

El vulpino ya tenía el arsenal preparado. "Has hablado en pasado, eso quiere decir que rompieron contigo. Viendo lo que veo, no me extraña." Sonrió ampliamente. "Y a tu comentario, puede que no tuviera relaciones anteriores, pero la diferencia entre tú y yo es que a mí me da igual de quién se enamore cada uno. Y eso me hace mejor mamífero que alguien con una empatía tan baja, carnega." Internamente, Judy se puso la mano en la cara de vergüenza por tal juego de palabras. "Es penoso."