New Orleans, Luisiana.
Marie Mcklain
Ha pasado casi una semana desde el incidente con mi padre y que milagrosamente Fabrizzio resolvió, al día siguiente mi padre vino a entregarme los papeles oficiales en donde mi nombre no aparecía, hice mi carta de renuncia de inmediato y salí de esa empresa con un peso menos en los hombros, pero con una tristeza por los años en que equivocadamente la vi como mía.
La relación con mi padre se rompió de una forma que no creía posible, ese hombre lo era todo para mí. Mi madre se dio cuenta de la tensión en la casa, nunca me no preguntó nada y no sabía si lo había hecho con mi padre. Fue raro para mí ver como ella se acercó más a mi en estos días sin sus estúpidos prejuicios, esa minúscula parte cálida de ella que hacía tiempo creía perdida. Una noche me llevó chocolate caliente, cosa que dejó de hacer cuando cumplí 11 años, no le tomó por sorpresa cuando le pregunté porque se estaba comportando así. Su respuesta me sorprendió «A pesar de ser un perra fría y venenosa, soy madre y me duele ver que sufres por alguien que siempre tuvo tu amor y admiración, y nunca se la mereció.» mi única respuesta fue «Te amo también, mami» lloré en sus brazos esa noche hasta quedarme dormida.
Los días que le siguieron ella volvió a ser la misma de siempre pero ahora sus comentarios tenían menos espinas, eso es una mejora en mi libro. Mi padre lo veía menos en la casa, lejos de preocuparme sentí alivio, tener esa constante tención e incomodidad en tu propia casa no era nada agradable.
Hago mi camino a la cocina donde las chicas del servicio revoloteaban como mariposas en el jardín.
—Buenas tardes...—les hablo con una sonrisa al ver la algarabía. Una de ellas me mira y se le iluminan los ojos.
—Srta. Mcklain, buenas tardes, tenemos un pastel de fresas recién hecho. —va hacia la nevera y saca el pastel que con solo la vista se me agua la boca. Saca un pedazo y me lo sirve en la isla de la cocina. Camino contenta voy hacia el manjar. El sabor del pastel explota en mi boca haciendo que cierre los ojos.
—Esto está delicioso... —limpiándome la comisura de los labios con una servilleta las miro. — ¿Qué pasó? ¿Y esa alegría?
—Su madre nos ordenó hacer una gran cena para la llegada del hijo de no sé quién, pero con nombre importante y después tendremos el resto del día libre. —me informa otra de las chicas. La razón por la que no se me sus nombres, es porque mi madre las despide por cualquier cosa mal que hagan y después soy yo la que sufre por encariñarme con ellas. La única que ha durado es Brenda.
—¿Se va a hacer aquí? Es raro no ver a la organizadora de eventos revoloteando por toda la casa. — frunzo el ceño mientras me termino el pedazo de pastel.
—No será aquí, señorita. Será en el club de su madre...—claro , mi madre tiene una gran cadena de spa por toda américa y aquí en la cede tiene un club de tenis y golf. Deportes aburridos y que odio. Muchas veces me llevaron a ver juegos solo porque los que jugaban eran niños lindos de papi y mami.
Como tú, hipócrita. Ruedo los ojos a mi yo interior.
—De nuevo, raro no ver a mi madre con un vestido en su mano para mí. —comento dejando la servilleta arrugada al lado del plato
—¿Como éste? —entra en la cocina con un vestido con la funda protectora.
¿Para qué hablas? Tonta.
—Dime que es por encima de la rodilla donde enseño escote y que sea ceñido a mi cuerpo. —me mira alarmada.
—Ni en tus sueños...seré cómplice de tu vida pecaminosa.—me levanto del asiento, le doy un beso en la mejilla y tomo el vestido.
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Loca Por Un Mafioso©
Romance⭐Trilogía Obsesión.❤ Libro II Independiente del primero, por lo que no es necesario que lo leas en orden. ⚜⚜⚜⚜⚜⚜⚜⚜⚜ Ella es loca, sin filtro y segura. Él es controlador con un carácter de mierda y una bestia dentro. Fue el prime...