Capítulo 13

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New Orleans

Marie Mcklain

Bajo las escaleras como puedo, sosteniéndome de Fabrizzio. El clima general de New Orleans es cálido peor el aire acondicionado de este departamento esta hasta la siguiente galaxia no la que le sigue, un escalofrío recorre mi columna sin evitar moverme como si por un segundo me hubiera poseído un espíritu. Tengo una pequeña molestia en mi entrepiernas, anoche ese hombre por poco me mata, pero yo muy feliz de que fuera el autor de casi semejante crimen, aunque no soy fan de haber visto sangre entre mis piernas ni cuando me quitó la virginidad había soltado tanta sangre. Está claro que las otras veces que hemos tenido sexo se ha estado controlando, porque maldita sea es una bestia en la puta cama. Y mi cuerpo masoquista le encanta. Ahora, mi parte emocional y posesiva esa que guardo en lo no racional de mi cerebro, se activa como perra en celo al conocer a la sarnosa esa de Karla. Me estoy comiendo con los ojos a Fabrizzio y no precisamente para hacerle el delicioso sino de asesina en serie con trastorno de personalidad...ok exagero, pero sí lo veo con ganas de matarlo, aunque al final me lo coja como una puta súcubu. Me deja en la silla alta frente a la meseta de mármol blanco impoluto como toda su casa, lo observo arreglar el desayuno digno de una post follada intensa.

—¿Y bien?—espero a que ponga los huevos en el plato junto a la tostada con mermelada de arándanos y se digne a mirarme, lo cual hace con una mirada de "¿Que me estar reprochando?" y yo me le quedo mirando con una de "Lo que me salga de mis huevos imaginarios, estúpido". Suspira derrotado. Se limpia las manos y me mira apoyando las manos en la meseta, mis ojos se van a sus brazos que se tensan enseñando sus músculos cosa que me hace lamerme los labios.

—Karla es una amiga y es la doctora que atiende a las chicas con las que tengo sexo y han terminado como tu o peor. —eso me deja un poco descolocada, pero me recompongo al instante.

—Hermoso, no podías ser mas controlador porque no puedes. —lo miro con el ceño fruncido metiéndome una tostada en la boca, la mastico tratando de aligerar mi humor, pero mi lado sarcástico sale a flote casi sin procesar las palabras por mi cerebro— Tenías que ponerle una veterinaria a tus perras...y querías hacer lo mismo conmigo. No merecías que te diera esa patada mereces que la repita dos y tres veces.—va a hablar, pero la cosa conmigo es que mientras mas hablo mas cuerda me doy y mientras mas cuerda más enojada me pongo. —¿Cuántas son? Quiero saber la amplitud de tu asqueroso Harem.—mi rodilla se mueve de arriba hacia abajo en señal de impaciencia, no puedo evitar el tonito acusador y me reprendo por ello, la cosa es que no puedo estar reclamándole nada porque no somos nada.

—No es un harem ni nada parecido, son chicas que tengo por ahí en bonitos apartamentos que siempre están disponibles para mí, y una de ellas terminó... mal por mi culpa. —resopla medio riendo sin diversión. Suelta la cuchara y apaga el horno—No sé ni porque te explico, soy bastante mayorcito como para dar explicaciones, porque tú también te revuelcas con quien se te antoje y no te pido explicaciones. No es como que te importe ¿Verdad?

—Si me importa, porque no pienso compartirte con otras.—me quedo mirándolo a los ojos y después pestañeo dos o tres veces ante lo que mi boca acaba de soltar sin filtro alguno. Me encojo mentalmente y sigo diciendo lo que me viene a la cabeza.—Tu eres mío y no pienso tolerar que otra disfrute de lo mismo que yo.—se acerca divertido hacia mí.

—¿Pues como piensas hacer eso?—se queda a centímetros de mí, mi boca bien cerca de su mandíbula, su pecho casi rosando el mío. Es hombre suda desgracia sexual...¿cómo es que antes no me afectaba tanto? Tal vez porque no sabías de lo que es capaz en la cama y ahora lo sabes y tienes marcas en tu cuerpo que lo demuestra.— ¿Arrepintiéndote del sexo sin compromiso? — sus manos frotan mis piernas desnudas ligeramente, calentando más que la piel de mis muslos. Mierda ahora si me moleta lo de sin compromiso y si se lo voy a reclamar porque me sale de donde a él le encanta meterla.

Loca Por Un Mafioso©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora