𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 || 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟

🥀Capítulo 13🥀

Cuando despierto por la mañana noto que el lado de la cama junto a mi está frío. No puedo evitar fruncir el ceño y sentirme un poco descolocada al notar la ausencia de Aidan.

Cuando miro mi móvil, noto que son las once. Maldición, he dormido demasiado, pero gracias a eso, mi cabeza ya no duele.

Mientras me pongo de pie, y busco mis zapatos, no puedo dejar de pensar en lo que pasó anoche. Recordar sus labios sobre los míos, me hace sentir mariposas en el estómago, y por supuesto mi sonrisa delata lo mucho que me gustó.

-¿Aidan?.–lo llamo cuando salgo de su habitación. Camino hasta el salón, pero no está. ¿Estoy sola en su casa? Me pregunto al mismo tiempo que veo una nota sobre el mesón de mármol en la cocina. Sobre esto, aún están los platos sucios que hemos ocupado anoche.

Bien, supongo que después de leer su nota, lo haré, es mi forma de agradecer el exquisito menú que preparó para mí.

"______, primeramente quiero disculparme por lo que hice anoche, ya sabes ... No volverá a pasar, fue un error, y lo lamento. Debió ser el vino que también subió a mi cabeza. Te llamaré a las tres, andy desea que hagamos una aparición pública. Siento haberme ido, dejaré un número adjunto, llama un taxi, te llevará a casa. Aidan."

Intento mantenerme fuerte mientras leo su nota varias veces. Sé que no debería llorar, no debería sentir tristeza en mi corazón, y por supuesto no debería sentirme utilizada, pero es justamente lo que me pasa.

No logro comprender, como todo puede cambiar tan rápido. Fue solo anoche cuando su boca buscaba desesperada la mía, y ahora estoy leyendo que para él fue un error, algo que jamás debió ocurrir.

Que tonta fui al creer por una leve fracción de segundos que yo le gustaba. Le permití a mi corazón crear esa falsa ilusión, y ahora no puedo dejar de llorar al darme cuenta que todo eso fue solo parte de mi imaginación.

Tomo la nota y la guardo en el bolsillo de mi pantalón. Debería deshacerme de ella, pero necesito leerla un par de veces más, y es porque soy muy masoquista, lo admito.

Debería irme ahora supongo, pero antes de eso, veo los platos sucios. Mi herido corazón me dice que me vaya, que no haga nada, que tome mi postura de chica humillada, y salga lo más pronto de aquí, pero mi mente me dice que eso no está bien, que a pesar de sentir tristeza, tengo que cumplir con mi palabra.

Así que, limpio todo antes de irme. Intento no llorar porque temo que aparece por esa puerta, pero no puedo evitarlo. Lloro por lo estúpida que fui, por lo imbécil que me comporte anoche, pero también sé que le di rienda suelta a lo que sentí, a lo que mi corazón me decía que hiciera.

Que jodido es todo.

No llamo al número que me dejó cuando salgo de su casa. Sé que estoy actuando mal y que estoy permitiendo que el orgullo se apodere de mi, pero necesito llorar y no puedo hacerlo delante de nadie.

Así que camino. Camino demasiado antes de llegar a una parada de autobús. Y mientras voy en el, rumbo a casa, me permito llorar un poco más. Pero también me prometo que serán las últimas, que no volveré a hacerlo, ya pasé por esto una vez, sufrí mucho, no permitiré que me pase nuevamente.

Cuando llego a casa, me doy una ducha, una larga ducha. Me hundo en la tina por varios segundos, no es que piense suicidarme, es solo que me ayuda a olvidar ciertas cosas.

Algo muy extraño, que hago siempre cuando me siento triste y decepcionada.

Cuando recién me animo a salir de mi largo momento en el baño, me doy cuenta de dos cosas, número uno, tengo diez, sí, diez llamadas perdidas de Aidan Gallagher. Y número dos, tengo un mensaje de él.