Creo que se me han tapado los oídos. Y es debido al fuerte palpitar de mi corazón, ni siquiera la lluvia puedo escuchar con claridad, ó a Aidan mientras intercambia palabras con la dependienta.
Jamás me había sentido así. Mi estómago está echo un nudo, y siento que se me subió la presión. Recuerdo haber tenido un sentimiento así cuando era más joven y es cuando debía disertar frente a la clase, aunque esto, lo supera por mil.
No alzo la vista cuando Aidan entra nuevamente en el salón. Sólo puedo ver de reojo como arrastra el carrito con la cena hasta donde se encuentra la mesa.
-Perdón por demorarme, creo que la dependienta tenía ganas de hablar.-dice él tan calmado, que me sorprende.
-Ah.-murmuro. Maldición, debo controlarme, no puedo verme así, no puedo verme tan afectada por una confesión.
-¿Quieres cenar ahora?.-me pregunta parándose a mi lado. Yo alzo la vista y me quedo mirándolo.-podríamos cenar ahora, antes que todo se enfríe.
Creo que algo ya se enfrió, y es que se cortó todo el royo de mi confesión, ahora me siento demasiado tímida y avergonzada.
-Sí.-digo y me paro rápidamente del suelo.
Aidan me mira unos segundos y sonríe antes de caminar hasta donde está la mesa. Yo camino detrás de él y al hacerlo, me siento sumamente mal, no tengo hambre.
-Pedí pasta a la boloñesa, sé que te gusta.- me dice al mismo tiempo que retira las tapas que trae cada plato.
-Gracias.-digo sin poder evitar el nerviosismo en mi tono de voz.
Mientras cenamos, Aidan no menciona lo que estuve apunto de confesar y lo que él entendió. Me habla del señor Fleming, como es trabajar con él, también menciona a su madre, y su pequeño sobrino.
En ningún momento se ve nervioso, y mucho menos impactado. Por una leve fracción de segundos llego a dudar si él realmente escuchó y entendió lo que quise decirle.
¿Y si realmente no se dio cuenta? Mierda.
-¿Y que hay de ti?, me gustaría saber más cosas sobre ti, pero no me cuentas.-me dice.
-¿Cosas como que?.-pregunto.
-Todo.-dice y bebe un poco de vino.
-Puedes preguntarme lo que quieras.–le digo sintiéndome más relajada.
Creo que él no entendió lo que quise decirle, y aunque una parte de mi, se siente mal por eso, creo que es lo mejor.
-¿Cual es tu color favorito?.-me pregunta y yo sonrío.
-El azul.-digo.
-¿Azul?
-Sí, pero ese azul oscuro, como el mar.-le explico.
-Ah.-murmura él mirándome detenidamente, mirada que me pone nerviosa.-¿Te gusta el café o el té?.- continúa él preguntado.
No puedo evitar reír.
-¿Porqué me preguntas eso?.
-¿Café o té?.-repite.
-Depende de la ocasión.-le respondo.- Cuando hace mucho frío, café. Pero cuando es un día de verano o de otoño, me gusta más el té.
Aidan continúa mirándome. Lo hace de una manera que no sabría explicar. Es como si estuviera descifrando algo.
-¿Con azúcar o sin azúcar?.-pregunta y es él esta vez quien sonríe un poco.
ESTÁS LEYENDO
𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 || 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟
Fanfiction↳ 𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 - 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟 ↴ ¿Piensɑs en mi ɑveses? Mi corɑzón tiene lɑ esperɑnzɑ, de que regreses estɑ noche 𖡡 ɑdɑptɑción de @niɑllerismineok ⇩ℓσgrσs ⇥ 1# en noviɑ fɑlsɑ ⇥ 3# aidangallagher ⇥ 1# en gallagh...