🥀Capítulo 77🥀

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Los días pasan y no tenemos noticia sobre quién fue la persona que atentó contra la vida de Aidan. El video de las cámaras de seguridad es la única prueba, ni siquiera huellas digitales han sido encontradas.

La policía me interrogó esta mañana. Durante más de una hora estuve en la estación para dar una declaración.

Me preguntaron sobre los acontecimientos de este último tiempo, y por supuesto nombro a Sara y este chico que Aidan golpeó días antes del accidente.

Lo único que nos queda es esperar. Andy me dijo que todo este proceso será lento, al igual que la recuperación de Aidan.

Lamentablemente no he podido verlo mucho, ya que las visitas continúan siendo restringidas.
Incluso el día hoy no tenía contemplado que lo vería, pero Thimothee me llamó diciéndome que Aidan estaba echo un furia.

Al principio no entendía que pasaba, me preocupe mucho, hasta que Thimothee me dijo que su madre le había dicho algunas cosas que lo hizo alterar y exigió verme, que si no iba donde él, los correría a todos del hospital. Por supuesto no hace falta preguntar que fue exactamente lo que dijo su madre, porque su aversión hacía mí es enorme, aunque no tenga motivos los suficientemente buenos como para sentir aquel rechazo.

Cuando llego al lugar, veo a Thimothee apoyado en la pared de la sala de espera. Él al verme, me sonríe y camina hasta mi.

-Hola _____ ¿Cómo estás?. —Me pregunta con preocupación.

-Hola, bien gracias. Vine en cuanto pude, no podía faltar a la clase en la Universidad. —Le explico. —¿Qué ocurrió?.

-Es Aidan, tuvo una discusión con mamá. —Responde cabreado. —Ella está con él ahora, y necesita que subas a verlo.

Mierda.

-¿Porque?. —Joder, no quiero enfrentar a su madre, ya puedo sentir como me sudan las manos.

-Es mejor que lo averigües cuando estés ahí. La enfermera me dio la credencial para cuando llegaras, puedes subir por ti misma, solo debes dar aviso que estas aquí. —Me pide y en su tono de voz puedo sentir el nerviosismo.

-Vale...Gracias. —Digo y él me tiende la credencial.

Después de dar aviso a la secretaria, ella me deja subir al ascensor. Mientras estoy en éste, puedo sentir mi corazón latir con fuerza, incluso me siento mareada de solo imaginar que pasara en aquella habitación.
Cuando salgo del ascensor camino por el pasillo deseando que mi recorrido se haga eterno, pero llego más rápido de lo creí.

Cuando abro la puerta de la habitación donde Aidan está, puedo escucharlo maldecir, pero apenas me ve, se queda callado.
Sus ojos furiosos rápidamente se suavizan al verme, dando paso a un Aidan calmado y feliz. Yo también le sonrío, adoro verlo sentado sobre la cama en mejor estado de salud.
Quisiera quedarme mirándolo todo el tiempo, pero su madre está en la otra esquina de la habitación, cuando la miro, le sonrío por cortesía mientras la saludo, ella también lo hace, aunque no sonríe, está inexpresiva.

Sin decir una palabra Aidan extiende su mano para que me acerque. Mientras lo hago puedo notar que no tiene ninguna vía intravenosa, lo que me llena de felicidad.
Él toma mi mano y me sonríe.

-Hola. —Susurro con una mezcla de felicidad y preocupación por tener a su madre aquí.

-Hola mi amor. —Me responde él dándome un beso en los labios. —Siento mucho todo esto, de verdad necesito que puedas perdonar la actitud de mi madre hacia ti.

-No es nada... —Comienzo a decir cuando ella habla interrumpiendome.

-Aidan basta, ya te expliqué del porqué de mi actitud. —Dice ella acercándose. La veo al otro lado de la cama a unos cuantos pasos de distancia. —Sé que me equivoqué, no fue la mejor forma de reaccionar contra la chica.

𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 ||  𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora