𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 || 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟

🥀Capítulo 58🥀

Maratón 4/?

Por favor que sea una broma. Necesito que aquel sonido que estoy escuchando sea parte de mi sueño, me niego a creer que Aidan tiene encendida su alarma.

Por varios segundos intento olvidar aquel sonido, pero se hace más grande conforme pasa el tiempo.

-¿Aidan?.—murmuro ya despierta. Lentamente abro los ojos, y efectivamente es su móvil que está sonando.

Él continúa durmiendo. ¿De verdad Gallagher?, el sonido es ensordecedor. Me duele cada músculo del cuerpo cuando me estiro para tomar su teléfono y apagar el bendito sonido.

Son apenas las siete de la mañana, pero el sol ilumina cada parte de la habitación, y el calor ya comienza hacerse presente.

Vuelvo a recostarme después de apagar la alarma del teléfono e intento volver a dormir un poco más, pero creo que ya no podré hacerlo. Miro a Aidan y me sorprende verlo dormir tan plácidamente, yo no podría después de escuchar una alarma.

Lentamente me acerco a él, mi intención es abrazarlo pero cuando toco su brazo él abre los ojos. Sus dulces y adormilados ojos verdes azulados se me quedan mirando por algunos segundos.

-Buenos días.—susurra con voz rasposa y con una media sonrisa que derrite mi corazón.

-Buenos días.—digo también y le sonrío.

-¿Creí escuchar mi móvil?.—me pregunta y frunce el ceño.

-¿Creíste?.—me rio.—Se escuchaba hasta en Londres.

Aidan sonríe.

-Lo siento, olvidé desactivar la alarma, ya sabes, anoche solo podía pensar en ti cuando llegamos aquí.—me dice divertido, más yo me sonrojo.

Lo sé Aidan, cada músculo de mi cuerpo me lo recuerda.

-Esta bien, lo entiendo.—digo.—igualmente no puedo dormir cuando hace mucho calor, así que de todas maneras iba a despertar. —Aidan asiente para luego acercarse y darme un suave beso en la mejilla.

-¿Tienes hambre?, si quieres puedo pedir el servicio de habitaciones.—me ofrece.

-Solo si tomas el desayuno conmigo.—digo y él sonríe.

-Por supuesto, pero antes déjame ver el móvil, necesito saber si tengo algún mensaje de la empresa.—me dice al mismo tiempo que toma éste y comienza a mirarlo.

Y yo lo miro él.

Y mientras más lo hago, más enamorada estoy. Siento constantemente las mariposas revoloteando en mi estómago. Tenerlo cerca de mi me hace tan feliz.

Aidan mientras observa su móvil, sonríe y luego frunce el ceño por algunos segundos.

-¿Está todo bien?.—le pregunto.

-Mas o menos.

-¿Que ocurre?.

-Lo mismo de siempre, no te preocupes.—me dice y deja su móvil a un lado. Sus ojos se encuentran con los míos.

-¿Que es lo mismo de siempre?.

-Nada cariño, problemas en la empresa, pero nada que no tenga solución.—me dice y sonríe.

-¿Estás seguro?, Sabes que puedes confiar en mí.

-Claro que lo sé.—Aidan se ríe.—Pero insisto, son problemas de la empresa, todo está bien.

Decido confiar en sus palabras.

-Está bien.—repito.

-Llamaré para que nos traigan el desayuno. Nos han dejado un menú, así que veamos que hay, después de desayunar, podemos salir a pasear.—me ofrece.