🥀Capítulo 87🥀

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Narra Aidan.

Me prometí ser fuerte por los dos y sobre todo por ______, porque en este momento es cuando más necesita mis palabras de aliento, es por eso que mientras camino hasta ella, le sonrío.
Mi garganta quema, el nudo es tan grande que temo decir algo y llorar. Pero me las arreglo perfectamente para sobrellevarlo.

-Mi hermosa chica despertó. —Susurro ya sintiendo la voz quebrada.

Ella me sonríe mientras me siento a su lado y acerco mi mano vendada hasta su frágil rostro y la acaricio. Sus ojos los cuales estaban abiertos se cierran ante mi contacto, pienso que quizás fui muy brusco, pero cuando ella vuelve abrirlos me mira como siempre lo ha echo, llena de amor para entregarme.

-Todo estará bien. —Le aseguro. —Estoy aquí, no me alejare nunca más de tu lado mi amor. —Le prometo y ella vuelve a darme una pequeña sonrisa.

-Aidan. —Ella pronuncia mi nombre dejándome realmente al borde de las lágrimas.

-Sí, soy yo, tu Aidan. —Respondo paseando las yemas de mis dedos por su mejilla, su mentón, y todas aquellas partes de su rostro donde puedo acariciar. —Te amo, te amo demasiado ¿Lo sabes verdad? —Ella asiente lentamente mientras observa la venda en mis nudillos.

-¿Por qué...? —Murmura apenas audible cambiando completamente su expresión, preocupándose por mí.

-Estoy bien, no pasa nada. —Le aseguro con una sonrisa.

Ella no me responde, pero vuelve a mírarme. Sus ojos se pesean por mi rostro, y los míos por el suyo. Hay tanto que deseo decirle, pero sé que debo mantenerla tranquila, no quiero verla afectada. Es por eso que guardo mis sentimientos para otro momento, y solo me quedo brindándole mis caricias, que ella gratamente recibe.

-Quiero... ir a casa. —Me dice ella después de varios minutos en silencio.

-Yo también quiero que estés en casa mi amor. Pero debes recuperarte antes de volver ¿Está bien? —Le digo y ella me mira con tristeza. Sus ojos por primera vez desde que entre en la habitación se cristalizan. —No llores, no quiero que llores, no te hará bien. Prometo que estarás en casa, me quedaré a tu lado todo el tiempo, pero estás aquí ahora porque necesitas de la ayuda del personal médico.

-Tengo miedo. —Susurra ella, lo hace tan bajo que apenas logro entender. —Yo... Tengo miedo.

-_____, no debes tener miedo. Estamos todos contigo, nuestras familias, tus amigas, los abogados de la empresa y un sin fin de gente que está apoyándote, no estás sola, no temas mi amor. —Le pido y ella asiente.

-Quédate aquí. —Me pide y aunque intento calmar sus emociones, ella llora. La veo intentar levantar su mano pero su cuerpo está tan frágil que no logra hacerlo.

Es por eso que tomo su mano y la pongo sobre mi mejilla, la sostengo para ella y ______ me sonríe mientras sus dedos me acarician el rostro.
Me había prometido que no iba a llorar, pero mi corazón se siente tan emocionado, que las lágrimas se me escapan.

-Me quedaré aquí. —Le prometo mientras retiro las lágrimas bajo sus ojos. —he echo de la recepción mi nuevo hogar, no me alejare de este lugar hasta llevarte a casa. —Ella vuelve a sonreír. —Todo estará bien mi hermosa chica, mi fuerte _____.

-Te amo... te amo mucho. —Me dice y yo le sonrío también, son las palabras más hermosas que he escuchado.

-Y yo te amo a ti. —Le digo mientras vuelvo a dejar su mano sobre su regazo. —Creí que no volvería a escuchar tus te amo otra vez. —Admito rompiendo mi promesa de no derrumbarme delante de ella.

𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 ||  𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora