🥀Capítulo 76🥀

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Una semana después.

Es muy difícil estar en casa sin escuchar la voz de Aidan, sin verlo pasearse de un lado a otro, sin sentir sus brazos rodeandome la cintura mientras preparo algo para cenar, sin sentir sus labios rozando mi cuello, y su risita juguetona.
Las noches son mucho más difíciles, jamás había sentido una cama tan enorme, tan fría, tan vacía. Mentiría si dijera que no lloro antes de dormir, porque si lo hago.
Durante la mañana y la tarde voy a las clases, lo hago solo porque sé que no puedo hacer nada en la clínica, salvo quedarme en una esquina esperando esperanzada para poder verlo.

Aquella noche en el hospital fue la primera y última vez que lo vería. Todo se volvió mucho más difícil cuando fue trasladado, ya que las normas del lugar no permitían verlo, y Andy no podía hacer nada contra eso.
Pero aún así, fui durante las tardes para poder saber de su estado de salud. Me sentía extraña estando allí, con los ojos furiosos de Maura mirándome, intenté hablar con ella un par de ocasiones, pero se negó.

Lo único que me mantiene de buen ánimo y con ganas de seguir estando fuerte, es que él está recuperándose favorablemente.
Hoy, una vez más me encuentro yendo a la clínica, sé que no podré verlo, ya que solo su familia directa puede hacerlo.-Y con varias restricciones.-Pero quiero saber como está por mi propia cuenta, ya estoy harta de llamar a Andy o Edward todo el tiempo, siento que están aburriendose por mi hostigamiento.

Cuando llego al lugar, hago lo mismo de siempre. Me quedo en la recepción donde están la mayoría de los familiares de los pacientes. Mi único chance de poder saber de él, es encontrándome directamente con la Doctora que está a cargo de él.
Casi cerca de una hora me quedo apoyada en la pared esperando, un poco temerosa de encontrarme con maura, no quiero sus ojos sobre mi, no hoy.

Sé que en algún momento tendremos que hablar, aunque ella se niege hacerlo. Quisiera poder entender porque su odio desmesurado hacia mi, la última vez que intenté hablar, le expliqué que yo no era la culpable de las decisiones que Aidan había tomado, pero en vez de recibir una respuesta grata, sólo fueron gritos, muchos gritos de su parte, culpandome, echandome la culpa incluso de este accidente.
Recuerdo que cuando llegue a casa, lloré y lloré todo lo que había aguantado estando en la clínica para que ella no se sintiera poderosa al verme destruida.
Me sentí sola, más sola que nunca, anhelaba tanto los brazos de Aidan rodeandome, diciéndome que todo estaría bien.

Es por eso que, estoy nerviosa de verla aquí, no quiero verla, no quiero tener que derrumbarme esta noche cuando llegue a casa.
Yo solo espero que la doctora aparezca pronto, para poder irme tranquila.

-¿_____?.-Una voz poco familiar pronuncia mi nombre, por lo que levanto la vista y me quedo mirando al hombre que está frente a mi, es el hermano mayor de Aidan.

-¿Sí?.-Los nervios se apoderan de mi y comienzo a buscar a su madre, pero mis ojos no la encuentran.

-He venido solo, no te preocupes.-Me dice sonriendo.

Thimothee. Tuve el placer de hablar con él un par de veces los primeros días que vine a ver a Aidan, un hombre agradable y comprensivo.

-¿Cómo... Como está él?.-Le pregunto e intento sonreír un poco, pero los músculos de mi cara no reaccionan.

-Está bien. Anoche los médicos decidieron dejar de darle los fármacos que lo mantenían sedado.-Me dice.-Se supone que debieron hacerlo antes, pero Aidan se quejaba mucho así que...-Él hace una mueca.-Lo siguieron prolongando hasta anoche cuando notaron las mejorías.

-Entonces... ¿Él está despierto?.-Pregunto sintiendo el corazón casi en la garganta.

-Sí, debería estarlo. Me dijeron que podía venir a verlo.

𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 ||  𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora