🥀Capítulo 92🥀

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Antepenúltimo

Varios meses después.

Podría quedarme en las suaves arenas de La isla de Favignana toda mi vida. La temperatura sobrepasa los treinta grados y mi cuerpo puede sentir el sol abrasador.
Aidan está a mi lado aplicándose protector solar en su piel bronceada.
Cada día que pasa se vuelve más guapo, su cabello está más castaño de lo normal, al sol pueden verse algunos reflejos rubios que lo hacen ver el hombre más hermoso de la Tierra.

-Seríamos más felices si creciera un bebé en tu vientre. —Es la segunda vez que lo escucho decirme esto.

-Ya vendrá. —Le aseguro.

-Eso espero, tengo veintisiete años, me gustaría ser padre antes de los treinta.

-Lo serás, sólo debes poner más espeño durante las noches. —Bromeo y él finge sentirse herido.

-¿Puedo ayudarte? —Me ofrezco sabiendo perfectamente que él podría hacerlo.

-Cada noche te lleno como si fuera nuestra última vez ____ _____ —Me dice serio, pero sé que está bromeando.

-Sí. —Él jamás se negará.

Lentamente me arrastro hasta su lado sobre la toalla que hemos dejado sobre la arena. Aidan me entrega el protector solar y luego se acuesta.
Después de untar un poco de crema en mis manos y deslizarlo por su eestómago.

-¿Porque eres tan sucio? —Me quejo y él se ríe. —¿Ya no soy _____ Gallagher ?

Él se ríe.

-Por supuesto preciosa. —Susurra tomándome en sus brazos y buscando mis labios.

-¿Qué haremos por la tarde? —Le ppregunt. El alza sus intensos ojos verdes y me observa.

-¿Qué te gustaría hacer?

-James necesita un corte de pelo, podríamos volver a Marsala, antes que nos pille el anochecer.

Aidan sonríe.

-¿No te gusta cruzar el océano de noche?. —Niego inmediatamente. —Es divertido.

-No para mi. —digo y él suelta un suspiro cuando me siento a horcajadas sobre sus caderas.

-¿Por qué estás tentandome señora Gallagher? —

[...]

Volvemos a Marsala después de cruzar el océano en un yate lujoso que Aidan alquiló el día que llegamos. Quizás otro día volvamos nuevamente a la isla de Favignana para tener nuevamente sexo frente al mar.
Después de bajar de la embarcación en el muelle y ponerle la correa a James, caminamos por la pequeña ciudad.

-Sería feliz viviendo aquí. —Le digo mientras miro la linda arquitectura antigua de los edificios y lo agradable que es la gente.

-Y yo, sobre todo por la cerveza artesanal, es demasiado buena. —Me dice y yo le sonrío. —Bien, llevemos a James a la peluquería canina.

Después de dejarlo en las buenas manos de Tany, la misma chica que lo recibió hace un mes atrás, caminamos por el muelle mirando la puesta de sol. Aidan me sostiene de la cintura mientra nos detenemos en un mirador con la vista al mar mediterráneo.

-Esta mañana me llamó Andy. —Me dice.

-¿Sí? —Sé de lo que hablará.

-Salió la condena, para todos. —Me cuenta y rápidamente me doy la vuelta para mirarlo.

-¿Cuánto? —Le pregunto con precaución.

-Veinte años de cárcel para ambos, y diez años para Sara, de los cuales cinco serán en una institución psiquiátrica, y los cinco restantes serán bajo libertad condicional. —Me dice.

-Bien. —Susurro sintiéndome repentinamente angustiada.

-¿Crees que está bien? Podemos apelar. —Me dice.

-Me gustaría que ellos estuvieran más tiempo, y con respecto a Sara, no lo sé... —Susurro.

-Sientes lástima por ella.

-Sí.

Después de que realmente se haya confirmado sus problemas mentales, salió a la luz algo que para todos fue bastante impactante. Ella había sufrido de abusos reiterados por el que fue su cuñado, esto ocurrió hace muchos años atrás, cuando ella era menor, y aunque en un principio todos estábamos incrédulos, se confirmó cuando su ex cuñado confesó.
Fue todo un escándalo mediático, con Aidan intentamos mantenernos al margen como sugerencia de Andy.

Ni siquiera fui parte del juicio gracias a la intervención de los abogados. Realmente no quería estar allí, mi testimonio fue dado en casa, con un juez y un policía presente, solo mi abogado estaba allí acompañándome.
Aidan es mi ángel caído del cielo, porque todo esto es gracias a él, sé que ha gastando millones y millones de dólares en ayudarme a sanar, y siempre estaré en deuda con él.
Sé que a él no le importa, siempre le reprocho de que no debería gastar en mi más de la cuenta, pero él feliz haciéndolo, siempre me dice que desea darme lo mejor.

-Yo también. —Admite. —También siento lástima por ella, pero podrá lidiar con eso.

-Sí. —Susurro.

Él acaricia mi mejilla y sonríe.

-Estás hermosa _____. —Sus palabras están llenas de amor. —Mi amada esposa.

Una sonrisa se forma en mis labios al escucharlo.

-Eres todo un romántico empedernido. —Digo y él se ríe.

-Es porque te amo, te amo demasiado.

-Y yo a ti Aidan, te amo y soy muy feliz a tu lado.

Nos besamos apasionadamente por varios minutos mientras sentimos la cálida brisa. Mi corazón desborda alegría, él es mi alegría y si, él tiene razón.
Amaría poder ver crecer mi panza con un bebé nuestro, el deseo de ver otro pequeño Gallagher me emociona demasiado, y aunque lo estamos intentando sin resultados aún, sé que pasará.

Sé que pasará.

𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 ||  𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora