🥀Capitulo 42🥀

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Maratón 4/15

Aunque intenté todo el camino convencer a Aidan de no ir al hospital, me llevó igual.

Me dio mucha vergüenza tener que explicarle al enfermero de turno que había pasado, lo bueno es que él solo sonrío con compasión y se dispuso a limpiar la herida que tenía en mi cabeza, no indagó más.

Afortunadamente no era una herida grande, no necesite puntos, solo limpió y dejo un apósito para que el sangrado se detuviera. También me dio algunos analgésicos y eso fue todo.

Cuando salí de la salita de urgencia, noté que Aidan hablaba por teléfono. Él no pudo entrar conmigo, así que me esperó afuera.

Cuando lo ví, noté su rostro rojo por la rabia. Decidí escuchar a hurtadillas con quién hablaba, mi sangre se enfrió cuando noté que era Sara con quién él hablaba por teléfono.

Me sentí herida y traicionada.

Yo quisiera que él simplemente la ignorara, que dejara de buscarla cada vez que ella me hace algo, porque ella sabe que él irá tras ella, ella sabe que él la buscará, y Aidan no es capaz de darse cuenta.

Mientras escuchaba, él le pedía que me dejara en paz, le decía que está conmigo y que todo lo que vivió con ella es parte del pasado, un montón de cosas más.

Una parte de mi, se alegra que él le haya dicho eso, pero al final, solo está dándole atención, esa atención que ella sabe que él le dará. Y me entristece mucho que lo haga, porque quisiera que Aidan dejara de buscarla.

-¿Dolió mucho?.—me pregunta él mientras conduce de vuelta a su casa. Estamos casi llegando, al fin.

-¿Que cosa?.—pregunto.

-La herida en tu cabeza _____. ¿Duele mucho aún?.—me pregunta.

-No, ya no duele.—le digo.

-Siento mucho lo que hizo Sara.—me dice, yo continúo mirando al frente.—Ella está mal, no puede razonar.

-¿Estas justificando lo que hizo?.—sé que discutir no nos llevará a nada, pero es que detesto que haga esto.

-¿Ah? No estoy tratando de decir eso.—me dice sorprendido por mis palabras.

- Pareciera que sí lo hicieras, siento que intentas disculparte en nombre de ella.—digo.

-_____.—murmura él estacionando el auto fuera de su casa.—mirame.—me pide, y aunque me demoro algunos segundos en hacerlo, lo miro.—¿Que pasa?¿Porqué dices eso?, Sabes que estuve contigo, no me disculpo en su nombre.

-Está bien.—digo.

No tengo ganas de pelear con él. No acepto lo que él está diciéndome, pero prefiero dejar las cosas así.

-Lo digo enserio.—me responde.—Mientras estabas en la sala de urgencia, la llamé, le pedí que te dejara en paz.

-Lo sé.—murmuro.—escuché.

-¿Entonces porque estás así?.—me pregunta confundido.

-Porque quisiera que dejaras de hacerlo.—bien,aquí vamos otra vez.

-¿Hacer qué?.

-De llamarla.—murmuro.

-______, lo hice para...—

-Ya lo sé.—lo detengo.—sé para qué la llamabas. Pero quisiera que simplemente la ignoraras.

-No puedo dejar las cosas así, debo decirle que no es correcto lo que está haciendo.

𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 ||  𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora