Epílogo.
No sabía que existía un cerezo en el jardín hasta que llegó la primavera. Durante nuestros primeros años viviendo en esta casa nunca floreció, sólo era un árbol que daba unas pequeñas hojas verdes, pero ahora me siento maravillada por verlo florecer.
Emmet sostiene mi dedo mientras da sus primeros pasos sobre el césped. No puedo evitar reír al ver su expresión de confusión al sentir nuevas texturas.-¿No te gusta? —Le pregunto y él chilla en respuesta. —Esta bien, no más césped. —Lo tomo en mis brazos apoyándolo en mi cadera mientras dejo la manta en el suelo —Ahora si. —Agrego sentandolo sobre ésta.
Él me observa durante todo el trayecto que hago para ir a buscar las manzanas picadas que dejé sobre la mesa que está al lado de la silla mecedora. Cuando vuelvo a su lado, sus pequeñas manos se estiran para obtener el platillo con su fruta favorita. Cuando las saborea sus enormes ojos azules se abren demasiado, disfrutando del dulzón de la fruta.
James viene a nuestro lado y se recuesta al lado de Emmet.-¡Mira bebé, es James! —Digo y él toma la oreja de nuestro perro y comienza a tirar de ella. —No, no. Debes hacerle cariño, así mira. —Acaricio a James y él repite mi acción. —¡Excelente, eres tan inteligente! —No puedo evitar acercarme y besar sus mejillas regordetas. Emmet tiene apenas 9 meses y es el bebé más inteligente del mundo.
-¿Debería sentirme celoso? —La voz de mi amado esposo llena mi corazón de alegría.
-Ya estas aquí. —Me levanto para ir a recibirlo.
Aidan me observa con una enorme sonrisa mientras camina hacia mi. Sus brazos me rodean la cintura con cuidado mientras se agacha para besarme.
-Hemos terminado temprano. —Me dice mientras caminamos hasta Emmet y nos sentamos a su lado.
-Me alegra que ya estés aquí, te echamos mucho de menos. —Le digo y él sonríe mientras toma a nuestro pequeño bebé en sus brazos.
-Y yo a ustedes. —Responde besando la mejilla de Emmet. —¿Qué estás comiendo? ¡oh, una manzana! ¿Puedo comer un poco? —Le pregunta mientras se acerca a su mano y finge comer de ella. Emmet le acerca el trozo a la boca y Aidan se ríe. —Uhmmm, está deliciosa.
-Creo que James la lamió. —Bromeo y él me observa arrugado su nariz.
-Ja ja, muy graciosa. —Responde y luego se ríe. —¿Como esta nuestro bebé?
-Está bien, puedes verlo. —Digo divertida.
-Me refiero a nuestro otro bebé. —Responde llevando su mano a mi vientre, donde Agatha crece.
-Está bien, está mañana me saludó con un fuerte movimiento. —Le cuento y él me observa emocionado.
-Será tan fuerte como su hermosa madre. —Me dice mientras vuelve a dejar a Emmet sobre la manta. —Besame.
Voy inmediatamente hasta él. Nos besamos suavemente. Suaves y cariñosas caricias. Sus dedos buscan mi piel bajo la tela de mi sudadera y acaricia mi vientre.
-Te amo mi amor. —Le digo, siempre se lo digo, cada día.
-Y yo te amo a ti. —Me responde. —Pero por favor ya no más bebés, odio tener los síntomas. No es justo.
Sus palabras me hacen reír.
-Lo siento, no lo decido yo. —Digo. —Estamos tan enamorados que puedes sentirlos tú, o eso leímos ¿Lo recuerdas?
-Sí, lo sé. —Dice regalandome un tierno puchero.
-Pero esta bien, no más bebés. Tampoco deseo uno por cada habitación de esta casa, son demasiadas. —Él se ríe.
-Entonces la fábrica de bebés, está oficialmente cerrada después que nazca Agatha. —Me dice y yo asiento.
-Es un hecho. —Digo y ambos reímos.
-Tengo una sorpresa para ti. —Me dice emocionado mientras se levanta. —Espérame, ya vengo.
Aidan se aleja y entra en la casa. Cuando vuelvo a mirar a Emmet me doy cuenta que esta dándole todas las manzanas a James.
-¡Ay Dios mío! ¿Porqué nadie me dijo que ser mamá sería tan difícil? —Digo mientras le quito las manzanas que están esparcidas por el césped. —Y tú perro sucio que no ayudas con la crianza.
Aidan se ríe mientras vuelve a mi lado. En sus manos sostiene billetes de avión.
-Adivina nuestro destino. —Me dice y mi sonrisa se ensancha.
-¿Isla Favignana? —Pregunto y él asiente. —¡Me mueroooo!
Aidan se ríe.
-Emmet conocerá el lugar donde fue nuestra luna de miel. —Me dice emocionado.
-¡Dios mío que emoción! —Digo acercándome a él. Mis brazos envuelven su cuello y Aidan vuelve a reír. —Ay no. ¿Que le diré a Andy? No quiero perder mi trabajo.
-Andy puede irse al carajo, dentro de una semana estaré oficialmente de vacaciones y quiero irme con mi hermosa familia a Italia. —Me dice y yo le sonrío.
-Si me despide, debes mantenerme. —Le digo.
-Por supuesto, lo haría feliz.
-Solo bromeo. —Digo. —Sere tu esposa, pero jamás mantenida.
Aidan suelta una carcajada.
-Lo sé, sé que lo detestas. —Me dice. —¿Cuando es la siesta de Emmet?
-¿Porqué deseas saber?
-Uhmmm, solo por saber. —Susurra guiando su mano por mi muslo.
-Sucio. Soy una mujer embarazada. —Le recuerdo.
-Me gustas embarazada. Si no fuera por que es la segunda vez que siento los síntomas, te haría mil bebés más.
Me río de él.
-Es en diez minutos. —Digo y él sonríe con picardía. —No puedes hacerme gritar, él puede despertar.
-Te llevaré a la habitación más alejada.
Rápidamente miro a Emmet quien está dándole las últimas manzanas a James. Esta bien, puede comerlas todas.
-Solo diez minutos. —Le recuerdo.
-Mejor cinco. —Me dice alejándose.
Él toma a Emmet en sus brazos y luego extiende su mano hacia mí. Gustosa y con una enorme sonrisa la acepto. Juntos caminamos adentro de la casa.
Aidan y Emmet se adelantan por las escaleras y no puedo evitar quedarme mirándolos.
Mi corazón se llena de alegría, porque después de mucho tiempo estamos completos.Fin.
ESTÁS LEYENDO
𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 || 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟
Fanfiction↳ 𝑈𝑛𝑎 𝐺𝑟𝑎𝑛 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎 - 𝐴𝑖𝑑𝑎𝑛 𝐺𝑎𝑙𝑙𝑎𝑔ℎ𝑒𝑟 ↴ ¿Piensɑs en mi ɑveses? Mi corɑzón tiene lɑ esperɑnzɑ, de que regreses estɑ noche 𖡡 ɑdɑptɑción de @niɑllerismineok ⇩ℓσgrσs ⇥ 1# en noviɑ fɑlsɑ ⇥ 3# aidangallagher ⇥ 1# en gallagh...